La ley del más rudo

La ley del más rudo
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El Basquet Coruña acabó perdiendo ampliamente el derbi, tras controlar en la primera mitad y no entender la dureza física que exigió la segunda, una derrota que lo mantiene muy cerca de la zona peligrosa.

La puesta en acción, que fue lenta y pestosa (4-2 a los 4:30), dio el primer aviso de lo que acabaría siendo el duelo: Bulic contra el mundo. El bosnio firmó seis de los ocho primeros puntos de la ‘marea naranja’, además de ayudar a Uchendu en la defensa a Rozitis. 

Pero, a pesar de lo bien que le estaba yendo en la pintura, el equipo de Gustavo Aranzana cayó en el (habitual) pecado  del triple, donde ayer la moneda cayó del lado equivado: 1 de 7 en este primer cuarto. El único acierto, a cargo de Monaghan y sobre la bocina de posesión. Otro aviso, puesto que los locales cerraron el partido con un tristísimo 6 de 28.

El Ourense, tercer equipo que menos puntos encaja de la competición, se sintió cómodo en esa dinámica y, con un parcial del 0-10, recuperó el mando (13-18).

Vuelta al barro
Con dos puntos más en casillero naranja arrancó el segundo acto. Donde cuatro puntos de Serrano y un triple de Xavier (el único que acertó de ocho) redondearon una respuesta de 9-0. Gonzalo García de Vitoria paró el partido, y con ello el ritmo del BC. A la vuelta del tiempo muerto, el derbi volvió al barro del inicio, ahora con errores, faltas y tiros libres. 

Tres triples, uno local y dos visitantes, parecieron animar el cotarro, que enseguida volvió al fango y al columpio en el marcador. Una canasta, tras rebote ofensivo, de Uchendu, y otro triple de Monaghan sobre la bocina, mandaron el choque al descanso con 37-33.

A la vuelta de vestuarios, ya nada sería igual... salvo la falta de puntería exterior y la Bulicdependencia del Coruña. El Ourense subió dos marchas y media en defensa y un par de ellas en ataque con Vidal (9 asistencias) sobre el parquet. Y los locales colapsaron. En este cuarto perdieron solo un balón menos (5) que en toda la primera mitad. Y un parcial de 2-8 (43-46) dio al Ourense un mando que ya no soltaría. El triple final de Carlos Martínez devolvió la esperanza a la grada (50-55) antes de los diez minutos de la verdad. 

Y la verdad es que el Basquet Coruña ni siquiera intentó ser igual de contundente atrás, al menos para probar al trío arbitral –por primera vez Riazor, de mayoría femenina–, en vez protestar desde el banquillo por la tolerancia con los contactos en la pintura del Ourense. Dos puntos en cinco minutos (52-64) fueron el primer clavo en ataúd. El segundo lo puso desde el arco Ott –fiel a su tradición de firmar partidazos en A Coruña, ayer acertó cuatro de sus seis triples– y el tercero, y definitivo, un mate de Zamora a dos minutos del bocinazo final (61-75).

El descenso sigue a dos victorias de distancia, pero en los próximos nueve días hay visita al Melilla (segundo) y visita del Granada (séptimo). Cuidado, que vienen curvas.

La ley del más rudo

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