11º-14º
jueves | 25 abril | 2024
El Deportivo ha superado tres batallas pero todavía no ha ganado la guerra. Juan Domínguez no se confía ni se relaja. El descenso sigue siendo una amenaza muy real.
“Sería un error total pensar que ya está hecho, que tenemos la salvación, dar por hecho que vamos a ganar todo lo que queda. Aún estamos en descenso y es una realidad. Hay que seguir peleando porque la cosa va a estar reñida hasta el último partido”, pronosticó el centrocampista del conjunto coruñés.
El vestuario sigue sin hacer cuentas. Los cálculos para la permanencia pasan por ir encuentro a encuentro. “Suena a tópico, pero es así. Si te pones a pensar que tienes que ganar tres partidos, dos o los que sean, no te centras en el primero. Cada fin de semana es una posibilidad de conseguir los tres puntos”, comentó.
El Deportivo lleva 22 jornadas en descenso, 17 de forma consecutiva. Esta tarde se le presenta la oportunidad de salir del infierno. Si gana, se acostará en puestos de permanencia a la espera de lo que hagan mañana el Granada y el Zaragoza, los dos que le preceden en la tabla. Su perseguidores, Celta y Mallorca, se miden el lunes en Palma. Motiva la posibilidad de pisar zona de permanencia.
“Supone ver que estamos haciendo las cosas bien. Tener la posibilidad de salir del descenso te hace ver que estás con todos, que eres uno más, que vas a seguir la lucha hasta el final. No es lo mismo ganar y saber que no vas a salir del descenso, como en las anteriores jornadas, que ganar y poderte ver fuera de él. Eso te da mucha más fuerza y motivación para seguir trabajando”, comentó el canterano antes de viajar a Valencia para afrontar un partido en el que los blanquiazules no tendrán el apoyo de Fernando Vázquez en el banquillo.
sin técnico
Juan Domínguez explicó que la sanción al técnico solo influirá en aquellas decisiones que se deben tomar en cuestión de segundos. “Siempre influye un poco el hecho de que no esté en el banquillo porque las órdenes no son directas, no las puede dar en el momento en situaciones que haya que decidir muy rápidamente, pero son matices y las otras órdenes las podrá transmitir a través del móvil o como sea”, comentó en la sala de prensa del estadio de Riazor.
El jugador blanquiazul afirmó que a los jugadores que estén en el césped no les afectará anímicamente la ausencia de Vázquez. “En los titulares no va a influir porque te aíslas y le imprimes tú la intensidad al partido, no te paras a pensar en el estado anímico de los demás. El equipo va a salir a tope, con una intensidad altísima”, prometió.
El Deportivo se presentará en el Ciutat de Valencia sin saber muy bien qué le propondrá el rival, pero con todas las lecciones aprendidas.
“Aquí, ellos jugaron un poco metidos atrás y nos dejaron el balón. No sé si en casa van a adoptar una posición más adelantada. Nos preparamos para cualquier cosa, si nos esperan atrás o arriba”, expuso.
El Levante roza la permanencia, si es que no la ha asegurado ya (tiene 40 puntos), pero atraviesa una mala racha de resultados (una victoria en los últimos nueve encuentros). Juan Domínguez encontró explicación al bajón del equipo valenciano.
“Son rachas. Es difícil en una temporada tan larga estar siempre al mismo nivel, en el mismo puesto en la clasificación. Es un buen equipo, lleva toda la temporada sin peligro, rozando puestos europeos, estando en ellos en alguna parte de la temporada y eso da a entender que es un equipo peligroso, fuerte y a tener en cuenta”, razonó el jugador del Deportivo.
El equipo de Juan Ignacio Martínez puede estar pagando el desgaste de haber competido en Europa y de la marcha de su referencia, Obafemi Martins, que marcó en Riazor en la primera vuelta.
“Martins es una baja importante, les dio mucho esta temporada y era un jugador muy bueno, pero tienen plantilla de sobra para compensar su ausencia”, puntualizó el centrocampista del Deportivo.
Juan Domínguez se enfrentará al Levante consciente de que la fuerza del conjunto granota está en la parcela ancha, donde él juega. “El medio del campo es muy poderoso, duro y competitivo”, alertó el canterano, que vive un momento feliz en el equipo tras haber sido condenado al ostracismo.
