Jerarquía contra crecimiento

Jerarquía contra crecimiento
GRAF8448. SANT JOAN DESPÍ (BARCELONA), 20/04/2018.- Los jugadores del FC Barcelona, el delantero uruguayo Luis Suárez (i), el defensa Gerard Piqué y el delantero argentino Lionel Messi (d), durante el entrenamiento que realiza la plan

La jerarquía del Barcelona, en busca del trigésimo título de Copa y cuarto consecutivo, y el crecimiento del Sevilla en los últimos doce años, con diecisiete finales en distintos torneos, se miden esta noche en una final que se estrena en el Wanda Metropolitano.
Para el equipo barcelonista, será el primer título que anhela Ernesto Valverde, con el que quiere iniciar su legado en el banquillo de los azulgranas.
Si la suerte sonríe a los barcelonistas, estos tienen a tiro un doblete, pues si ganan al Sevilla quedarán a un suspiro de obtener la Liga, a la que le faltan cinco partidos con el Barça en una posición claramente ventajosa.
El equipo viene de un empate en Balaídos (2-2), en un encuentro que se le puso complicado por el empuje del Celta, que a pesar de tener muchas ocasiones de marcar, al final acabó igualando en una jugada ilegal, en la que Aspas marcó con el brazo.
El Barcelona llegará a Madrid relativamente fresco, debido a que Valverde concedió descanso en el último choque a casi todo el equipo que se aventura como titular.
Piqué, Sergio Busquets e Iniesta ni viajaron a Vigo, y tampoco lo hizo Iván Rakitic, que se quedó en Barcelona recuperándose de una fractura del primer dedo de la mano izquierda, que se produjo en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions contra la Roma, y que no le debería impedir disputar la final.
Jugaron en el segundo tiempo en Balaídos el argentino Lionel Messi y Sergi Roberto, quien acabó expulsado, y cuyo castigo lo cumplirá en el partido de Liga en Riazor, y por lo tanto podrá jugar hoy.
Los culés necesitaban tomarse un respiro para atacar la final con garantías físicas tras haber demostrado en las últimas semanas un cansancio que no solo afectó al rendimiento futbolístico, sino que dejó al equipo bajo de forma.
El Sevilla llega con unos dientes de sierra en su rendimiento y con lagunas en el juego que dejan dudas para medirse al potente rival.
Ello motivó que el pasado diciembre el argentino Eduardo Berizzo fuera sustituido en el banquillo por Vincenzo Montella, pero el italiano no ha sabido equilibrar al equipo, que llega a estas alturas de la temporada sin opciones de clasificarse ente los cuatro primeros de la Liga y seguir así el próximo curso en la Champions.
Sí se vio con el preparador napolitano al Sevilla competitivo en los torneos por eliminatorias, y en la Liga de Campeones superó en octavos al histórico Manchester United y se plantó sesenta años después en los cuartos.

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