Hamilton reina en el caos

Hamilton reina en el caos

Lewis Hamilton (Mercedes), reinó en el caos que fue la salida del Gran Premio de Singapur, donde se benefició del choque entre los dos Ferrari y el Red Bull del holandés Max Verstappen para pasar del quinto lugar a la victoria.
Hamilton, que afrontaba la carrera con dudas ante el buen ritmo de los Red Bull y la pole de Vettel, pasó del quinto lugar al segundo mientras se desataba la locura; tomó la cabeza del pelotón dos curvas después cuando el germano se quedó parado, y retuvo la posición hasta que se cumplieron las dos horas de carrera, ya que la gran cantidad de incidentes –tres salidas del coche de seguridad y ocho retirados– dejaron las 65 vueltas previstas en 58.
Los resultados de ayer, además de suponer la tercera victoria consecutiva del inglés, la séptima de la temporada y la número 60 de su carrera, le permiten tomar una distancia de 28 puntos con Vettel. Además, su compañero Bottas, tercero en Marina Bay y en la misma posición en el Mundial, se pone a 23 puntos del ‘jefe de filas’ de Ferrari.
La otra sonrisa del día fue la de Carlos Sainz (Toro Rosso), beneficiado por la salida y también por la buena elección de neumáticos, que le permitieron ubicarse en el cuarto lugar, su mejor resultado en la F1. El madrileño no solo estuvo en el lugar correcto y eligió las gomas adecuadas, sino que tuvo la pericia para adelantar a coches con ruedas menos idóneas, y luego fue capaz de resistir los envites del mexicano Sergio Pérez (Force India), que tenía un coche más veloz.
Una felicidad que no pudo compartir Fernando Alonso (McLaren), que realizó una salida espectacular: del séptimo al tercer lugar, pero se vio involucrado en el choque entre Verstappen y Raikkonen, que se lo llevaron por delante.
El ovetense continuó en carrera otras nueve vueltas, hasta que desde boxes le dijeron que el coche estaba destrozado y notó la pérdida de potencia que confirmaba el diagnóstico.

Variedad de gomas
Con una ligera lluvia a la hora de la salida, los pilotos de la cabeza optaron por el neumático intermedio, mientras que Nico Hülkenberg (Renault), los McLaren de Alonso y el belga Stoffel Vandoorme optaron por el de agua, y Sainz decidió usar el intermedio.
Todo cambió al apagarse el semáforo. Verstappen, que salía segundo, se quedó encerrado entre Raikkonen y Vettel, que le cerraba por la derecha. El coche del holandés golpeó el del finlandés y ambos que quedaron fuera de carrera en la primera curva. Unos segundos después, Vettel seguía el mismo camino al hacer un trompo en la zona mojada.
El rodaje con el coche de seguridad y el cese de la lluvia facilitó el secado del trazado, lo cual dejaba en mejor posición a quienes apostaron por el intermedio, como Hamilton.
Sainz se quitaba a Ocon en la novena vuelta, la misma en la que abandonaba Alonso. Dos después, era el ruso Daniil Kvyat (Toro Rosso) quien impactaba contra las protecciones, provocando de nuevo la salida del ‘safety’ y dando la oportunidad de cambiar neumáticos y ajustar estrategias.
En la vuelta 14, cuando se volvió a lanzar la carrera, Sainz se ponía cuarto, por detrás de Hamilton, Ricciardo y Bottas, aunque en ningún momento pudo acercarse al finés.
Corría la vuelta 38 cuando el sueco Marcus Ericsson (Sauber) se quedaba parado y volvía a salir el coche de seguridad. Cuando este se retiró no quedaba tiempo para completar las 65 vueltas.
La victoria para Hamilton y el podio para Ricciardo y Bottas estaban asegurados, y Sainz solo tuvo que aguantar unos 20 minutos de presión de Pérez para lograr el mejor puesto de su carrera: un cuarto puesto que sabe a victoria.
Y una victoria, para Hamilton, que sabe a mucho más, a 28 puntos de distancia en el Mundial y a un éxito en un circuito en el que no esperaba estar delante de los Ferrari. Las largas rectas de Sepang, en Malasia, le deberían permitir seguir aumentando su renta al frente del campeonato. l

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