Ganar sin levantar sospecha

Ganar sin levantar sospecha
valerón empujará al deportivo hacia la portería del atlético, en el que militó hasta el año 2000 susy suárez

Ganar al Atlético de Madrid, pero con un marcador apretado. A poder ser, sin golear. Los deportivistas deben medirse para no abusar. Y lo mismo vale para el conjunto rojiblanco. Que no se les ocurra a los pupilos de Diego Simeone repetir el resultado abusivo de la primera vuelta (6-0 en el Calderón) porque sería sospechoso. La LFP estará pendiente.

Suena a broma, pero es a lo que han conducido las sospechas sobre la goleada del Deportivo al Levante hace casi un mes.
Se ha distraído la atención de lo verdaderamente importante para un equipo que tiene dificultades para afrontar las nóminas de sus jugadores y que difícilmente podría comprar a sus rivales. Lo trascendental son los puntos que hay en juego esta noche en el estadio de Riazor ante el tercer clasificado de la Liga.
Y no será fácil para el Deportivo agregarlos a la cuenta que lleva después de 33 partidos disputados: 31 puntos. Suficientes para estar en la pelea, para batallar por la permanencia en las últimas jornadas del campeonato, pero no para evitar el sufrimiento ni la necesidad.
Urge seguir sumando, si se puede, de tres en tres, no como en las dos últimas jornadas.
El empate, ante un rival de la entidad del Atlético, aunque llegue herido por la derrota en el derbi ante el Real Madrid, por haberse alejado del segundo puesto, sería un mal menor para el Deportivo antes de concluir la temporada ante el Valladolid, el Espanyol, el Málaga y la Real Sociedad.
La Federación de Peñas ha organizado un día de fiesta en Riazor y el Atlético no debe aguarlo.  Será un día de felicidad completa si el Deportivo se impone y alarga la racha en la que está inmerso. Lleva seis partidos consecutivos sin perder, pero en los dos últimos no ha podido pasar del empate. Y eso, en una Liga de tres puntos, pasa factura. Se le han acercado los perseguidores y la situación sigue siendo comprometida para la plantilla que entrena Fernando Vázquez.
La afición acudirá a Riazor desde las 13.30 horas. En los aledaños comenzará el festín. Comida, actuaciones, hinchables para niños. Celebración antes de la celebración. La parroquia deportivista hará un paréntesis a las 20 horas para recibir al Deportivo y silbar la llegada del Atlético, que acude a Riazor con dos exblanquiazules, Filipe Luis y Adrián López. Al brasileño se le quiere por estos lares. Al asturiano, no tanto.
Los dos serán titulares en un partido que se pierden por sanción Koke y Diego Costa. Sus bajas modifican el once tipo por el que ha apostado Diego Simeone en los últimos encuentros de la temporada.
A la novedad de Adrián en la alineación se suma la del uruguayo Cristian ‘Cebolla’ Rodríguez. Raúl García repetirá de inicio, como enganche, a unos metros de la principal amenaza del Atlético y, desafortunadamente, no la única, el colombiano Radamel Falcao. No estaría mal que Abel Aguilar, que no podrá estar en el césped por sanción, hable con él para que baje la intensidad en Riazor a dos semanas de la final de Copa del Rey ante el Atlético de Madrid (Que la LFP no tenga en cuenta este comentario si Radamel no rinde como -casi- siempre).
Si brillante es la dinámica del Deportivo, el Atlético no se queda atrás. Tiene peligro lejos del Calderón. Encadena siete desplazamientos seguidos sin perder desde el 2-1 que sufrió en Vallecas el pasado 10 de febrero. ¡Ay, Riazor, frénales!
Casi 34.600 gargantas en la grada, preparadas para ser el jugador 12. Necesario para poder plantar cara a un equipo intenso, con el carácter que le imprime Diego Simeone. No bajará los brazos por más que su batalla por la Copa esté a la vuelta de la esquina. El miércoles, quizás, sí lo haga en Balaídos (LFP, téngalo en cuenta).
Como el Atlético, el Deportivo tiene bajas. Muchas e importantes. Vuelve a fallar Marchena, que no vendría mal para un partido como este ante un rival con genio. La ausencia de Laure viene de mucho más atrás (diciembre), la de Diogo Salomao, de la semana pasada. Y a ellos, se suman Abel Aguilar, sancionado, y los dos atléticos del Deportivo, Sílvio y Pizzi. La llamada cláusula del miedo tiene la culpa. ¿Miedo a qué, Atlético? Pese a que en Riazor no se juega mucho, no accedió el conjunto madrileño a dejar actuar a ambos. Aunque Pizzi ya lo intuía cuando provocó la quinta amarilla ante el Betis.
Fernando Vázquez tiene que buscar recambios en el banquillo. La dinámica positiva del equipo facilita la entrada de los suplentes. Hay alternativas, aunque no demasiadas. El técnico solo pudo convocar a los justos: 18, y gracias. Y a todos ellos les ha pedido que olviden el escozor que dejó el palo más duro que se llevó el Deportivo esta temporada, el 6-0 del Calderón. Es momento de mirar adelante y no hacia atrás. Y recuerden, deportivistas, háganlo sin levantar sospechas.

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