Como si fuera Riazor

Como si fuera Riazor

Hace una semana, en El Toralín, en la ‘quinta provincia’ gallega, se escuchó el ‘miudiño’. Lo cantaron los aficionados del Lugo, que vieron un triunfo claro de su equipo (0-2). Y esta tarde, en Ponferrada, puede volver a sonar. Habrá ambiente y solo falta que el Deportivo acompañe en el campo para que el viaje por la A6 no sea estéril.
El campo de la Deportiva (Ponferradina) será un pequeño Riazor donde el equipo coruñés, arropado por casi dos mil aficionados, debe mantener el pulso por los puestos de ascenso directo, esos en los que quiere estar todo el año.
Hoy puede haber, incluso, cambio de líder en Segunda División, algo que parecía imposible hace un mes. Pero a la plantilla no le quita el sueño llegar a la primera posición. No es una obsesión. El Deportivo le ha recortado ocho puntos al Recreativo de Huelva, está a uno solo del equipo de Sergi Barjuan y está lejos de su techo. Quizás esa sea la mejor noticia.
Está creciendo aún y, a pesar de todos los problemas del pasado verano para confeccionar la plantilla, ocupa una posición privilegiada en una clasificación que poco a poco se va estirando y en la que está bien situado, sin excesivo derroche, sin florituras, pero manteniendo el tipo, aguantando por si el viento azota y se hace el abanico.
El equipo de Vázquez tiene un estilo innegociable, nace de la defensa sólida y se construye hacia delante. No hay brillantez, pero sí seriedad. Resiste con la portería a cero, afea los partidos hasta que surge la oportunidad de adelantarse en el marcador.  Y si lo consigue, es muy difícil que se le escape. Es un rival incómodo para los adversarios y esta tarde le tocará sufrirlo a la Ponferradina, el equipo que entrena Claudio Barragán.
Al exdeportivista, ese goleador de la época del Superdepor, le sentaron mal las declaraciones que hizo Fernando Vázquez el pasado miércoles. Le molestó que el preparador blanquiazul dijera que El Toralín es un campo en el que el Deportivo debería ganar. No fue una falta de respeto, sino una declaración de intenciones. Quizás, también haya sido una motivación para la Ponferradina, que en casa no está tan fuerte. Cierto que ganó al líder, el Recreativo, que comenzó ahí un bajón que agravó el Deportivo en la siguiente jornada y el Alavés la semana pasada. Pero no es menos cierto que de los tres últimos encuentros ha perdido dos. Le ganó el Tenerife y le superó el Lugo.
El Sporting de Gijón fue el otro equipo que consiguió puntuar en su visita a Ponferrada. El resto de partidos los cuenta por victorias. La más holgada, ante el Hércules, al que goleó 5-1 el 22 de septiembre.
Fofo (ocho goles) y Yuri (cuatro) son los jugadores más desequilibrantes del equipo leonés, que solo ha dejado de ver puerta en cuatro de los catorce encuentros que ha disputado.
Los bercianos afrontan el choque con dos únicas bajas por lesión, la del interior Saúl Fernández, exjugador, precisamente, del Deportivo, que en verano fue intervenido de los tobillos, y la del portero Diego García.
Además, Claudio ha dejado fuera de la convocatoria al central Miquel Robusté por decisión técnica y ha facilitado una lista de convocados previa de 19 jugadores, por lo que tendrá que hacer un descarte más en las horas previas al partido. La Ponferradina, al menos, ha podido hacer un descarte. El Deportivo, ni eso. Fernando Vázquez tiene una plantilla justa, corta, y las lesiones empiezan a acumularse.

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