Una fiesta interminable

Una fiesta interminable
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El Leyma Basquet Coruña disputará el playoff perfecto para sus interés –ventaja de campo, el desplazamiento más corto posible (Lugo) y la seguridad de al menos dos buenas taquillas–, pero para llegar a ello tuvo que sudar de lo lindo ante un rival que se jugaba la vida en forma de una salvación que no llegó porque necesitaba ganar y que perdieran Planasa y Prat, algo que sí sucedió.
El partido comenzó bien para los locales, dueños del rebote en ambas, aunque poco acertados en el lanzamiento, compensado por un buen trabajo defensivo que dificultó nucho al Lleida tirar con un mínimo de comodidad. La actitud atrás tuvo su punto culminante en un doble tapón a Josep Pérez, primero de Olmos y a renglón seguido de Monaghan.
Los puntos de Burjanadze lanzaron al Leyma (9-2), pero la segunda falta de Olmos le mandó al banquillo y el cielo se abrió para el conjunto catalán, que con un parcial de 0-9 dio la vuelta a la tortilla.
La entrada en cancha de Peña reactivó a la ‘marea naranja’, pero el mismo efecto causó el ingreso de Jorge García en la filas visitantes. Ocho puntos consecutivos del veterano ala-pívot devolvieron el mando a su equipo, que cerró el primer cuarto tres arriba (24-27) y... con 12 libres lanzados. Una barbaridad.
El concierto de pito no se detuvo en el segundo acto. De Lucas y Mendoza se empeñaron en señalar lo que había, lo que no había y lo que podía haber. O no. Los cortes continuos hicieron que el Leyma se acelerase en demasía, lo que, unido a problemas con el rebote defensivo, mantuvieron al Lleida en la pelea.
Los locales, además, echaban mucho en falta los puntos de sus estadounidenses. Monaghan hizo el primero,  desde la línea de 4.60, cuando tan solo restaba 1:39 para el descanso. Stelzer, muy bien defendido por Heras y Sutina, se fue al vestuario sin tan siquiera haber lanzado. Aun así, los locales llegaron al parón dos arriba (46-44), gracias  seis tiros libres en los segundos finales. Qué ironía...
La tendencia no varió un ápice en la reanudación: las tres primeras jugadas con puntos –y cuatro de las cinco primeras– tuvieron una falta de por medio. Una de ellas, la tercera de Olmos. Otra, la cuarta.
Con el ‘center’ en el banquillo, apareció de nuevo Jorge García para, con dos triples, nivelar el duelo (56-56), que a partir de ahí volvió a sumirse en un mar de tiros libres, ya que De Lucas y Mendoza seguían empeñados en pitar hasta el infinito y más allá. Los dos últimos libres de este cuarto los erró Gerun y el Leyma entró en el periodo final ganando por la mínima (67-66).
Dos minutos de respiro dieron paso a un uno contra uno entre Peña y Josep Pérez. Si tú anotas de dos, yo lo hago de tres. Y viceversa. Aunque fue una canasta de Abia, tras rebote ofesivo, la que dio al Leyma una delantera que ya no soltaría.
En parte, por una gran mejoría defensiva, con los cinco de pista dejándose la piel y los pulmones. Y en parte porque las dagas de Dago reventaron el corazón, enorme, del colista. El dominicano cerró su recital con dos puntos tras rebote ofensivo a poco menos de dos minutos para el bocinazo final (90-81).
Y ahí se acabó la discusión. Y empezó la fiesta. La grada, más poblada que nunca en esta temporada, homenajeó con una inusual ola a la ‘marea naranja’, un equipo que, no lo olvidemos, empezó el curso con un balance de 1-7 y va a jugar los playoffs con la ventaja de campo y ante su gran rival histórico. 

Una fiesta interminable

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