España irrumpe en los Juegos destrozando a Lituania

La selección española, atosigada por la incertidumbre en sus tres primeros partidos, irrumpió en los Juegos con una estruendosa paliza sobre Lituania, liderada por Pau Gasol (5/5 en triples), y se jugará el pase a cuartos de final contra Argentina.
Después de dos derrotas agónicas ante Croacia y Brasil y de sudar sangre para derrota a la débil Nigeria, la vigente subcampeona olímpica, al borde del abismo, por fin rompió el caparazón de sus dudas y floreció con una actuación brutal, el mejor anticipo de cara a la batalla ante la albiceleste.
Donde antes había dudas, ahora certezas; donde había quejas, dientes apretados y piernas rápidas para buscar continuamente el contraataque como si fuera la única manera legal de hacer daño al rival.
Ricky ejemplificó la reacción. Sus anteriores rivales en Río le habían flotado casi hasta el ultraje y esta vez su respuesta fue de manual: 3/4 en triples. Y a su lado, Llull volvía a parecerse al jugador que lidera al Real Madrid. El 26-11 que reflejaba el marcador al final del parcial inicial era fiel a lo visto.
La entrada de Kuzminskas reactivó levemente a los lituanos (28-17), pero Ricky volvió a acelerar el juego y España a volvió a practicar estilo predilecto: correr, correr y correr. Además, entraba casi todo (16/32 en triples). Gasol, que iba camino del ‘triple-doble’ al descanso (14 puntos, 5 rebotes, 5 asistencias), se encargó de que el partido quedara casi sentenciado (48-29)
Tras el paso por vestuarios, la incógnita de saber si restaba algo de emoción se resolvió en apenas 150 segundos, lo que tardó Gasol en encadenar tres triples y confirmar que España no estaba para bromas. Si el primer cuarto había sido bueno, el tercero fue para recordar (36-16). Corrieron parejas las actitudes opuestas de ambos equipos, la voracidad de España y la relajación de Lituania, y el resultado solo podía dejar que la diferencia en el marcador coqueteara con el escándalo.
Y así fue. Sergio Scariolo pudo repartir minutos y anotaron todos sus pupilos excepto Abrines, que volvió a quedarse inédito por precaución.
Igual que llamó a la calma cuando caía tormenta, el seleccionados intentará que no cale la euforia de cara a un objetivo mucho más asequible, la clasificación para los cruces, ahora que su equipo parece haber aterrizado en Río. n eP