España empieza a recordar al equipo que fue campeón

España empieza a recordar  al equipo que fue campeón
Los Hispanos hicieron los deberes sin tener que esperar lo que sucediera en el Polonia-Brasil | efe

La selección española de balonmano certificó su clasificación para la segunda fase del Mundial de Egipto, en la que se medirá con Alemania, Hungría y Uruguay, tras imponerse ayer por 36-30 a Túnez, en un encuentro en el que los ‘Hispanos’ comenzaron a recordar al equipo que el pasado año se proclamó campeón de Europa por segunda vez consecutiva. 

Es cierto que los de Jordi Ribera todavía no son el equipo que dominó a todos sus rivales en el último Europeo, pero sí que dio un paso a adelante con relación al juego desplegado en las dos primeras jornadas ante Brasil y Polonia. 

Especialmente en ataque, donde España esta vez sí logró dotar desde el inicio de partido la fluidez necesaria a su juego ofensivo para hacer llegar el balón en ventaja a los extremos y pivotes. 

Pero si España encontró desde el primer minuto el camino en defensa, mucho más le costó hallar la fórmula en defensa para contener al conjunto tunecino. 

En particular al central Mohamed Darmoul, que con sus eléctricas fintas, causó numerosos problemas a los defensores españoles. 
Si la selección española no acabó de dar con la tecla en defensa, quien no tuvo ninguna duda fue el portero Gonzalo Pérez de Vargas, que con las diez paradas que cerró el primer tiempo, frustró el ataque del conjunto norteafricano. 

Paradas que permitieron al conjunto español abrir a los diecisiete minutos una renta de tres goles (11-8) en el marcador, que pudo haber sido mayor de no errar algún que otro lanzamiento. 

Fallos que no desesperaron al equipo español, que siguió moviendo el balón con fluidez en ataque, hasta encontrar a los ayer infalibles Rubén Marchán y Ángel Fernández. 

Cinco balones
Y es que si pivote del Ademar de León no desperdició ninguno de los cinco balones que recibió en la línea de seis metros, el extremo del Kielce polaco concluyó la primera mitad con un total de siete dianas, tras fallar un único lanzamiento. 

Goles que permitieron a España mantener al descanso la renta de tres goles (17-14), que situaba a los Hispanos un paso más cerca de la segunda ronda. 

Una segunda fase que pareció abrirse de para en par para el conjunto español, con los cinco goles de ventaja (22-17) que alcanzaron los de Jordi Ribera a los siete minutos de la segunda mitad. 

Situación idéntica a la que ya se vivió ante Brasil, en la primera jornada, y Polonia en la segunda, y que la selección española no supo aprovechar para sentenciar los partidos. 

De hecho, España pareció volver a caer en los mismos errores que cometió ante brasileños y polacos, tras ver como en apenas unos minutos Túnez reducía a tan sólo dos tantos (25-23) su desventaja en el marcador, tras endosar al conjunto español un parcial de 0-3. 
Sin embargo, la precipitación, cuando no anarquía del conjunto norteafricano impidió que la reacción de Túnez fuera a más, empeñado en precipitarse en sus acciones ofensivas. 

Prisas que unidas al buen hacer de Gonzalo Pérez de Vargas, que siguió atajando una infinidad de balones, como atestiguaron las diecinueve paradas con las que cerró el encuentro, permitieron a los Hispanos superar el mal momento. 

Unas dudas que se acabaron por completo con el paso adelante que dio España en el tramo final del encuentro y que permitió a los de Jordi Ribera alcanzar una renta de siete tantos (32-25), que dejaron el encuentro sentenciado a falta de ocho minutos para la conclusión. 
Tiempo en el que España, pese a relajarse, nunca vio en peligro el triunfo.

España empieza a recordar al equipo que fue campeón

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