La empanada del Depor y del árbitro

La empanada del Depor y del árbitro
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Domingo al mediodía, empanada deportivista y arbitral en Vigo. El conjunto coruñés estuvo en el derbi gallego hasta que un penalti que no era de Sidnei, que fue expulsado por error y luego repescado, le sacó del partido. Después, la permeabilidad defensiva más absoluta de un equipo que hasta hace nada presumía de solidez. Ya se había intuido en el primer gol vigués que la retaguardia dejaba filtrar tanta agua como Balaídos. Goleada ante el eterno rival y una herida abierta que deja a los blanquiazules en situación de alerta y señala también al banquillo.
Sorprendió Gaizka Garitano con los descartes y con la alineación. En la grada se quedaron Çolak y Arribas, y en el banquillo, Celso Borges. En el césped, menos de 30 segundos necesitó el Celta para forzar el primer córner por la banda derecha de la defensa del Deportivo, donde Juanfran regresó al once recuperado de sus molestias musculares que le impidieron jugar en el Camp Nou y ante la baja por sanción de Laure.
El equipo coruñés, con Babel y Andone como pareja ofensiva, Bruno Gama en la derecha y Fayçal entrando desde la izquierda, empezó el partido demasiado metido en la cueva.
Replegado, intentando contener al Celta, achicando balones y sin argumentos en campo contrario. Así arrancó el Depor de Garitano en Balaídos. En el primer cuarto de hora su única aportación ofensiva fue un lanzamiento muy lejano de Guilherme que salió desviadísimo.
El Celta, en cambio, rozó el primer gol a los 12 minutos con un centro de Hugo Mallo desde la banda derecha que conectó Daniel Wass de cabeza anticipándose a Sidnei y que despejó Lux con un espectacular vuelo.
El Deportivo tejió poco en ataque. Babel exhibió corpulencia en su estreno como titular con la blanquiazul y Bruno Gama se cargó a un rival con un disparo duro, pero precipitado, en una de las primeras incursiones de los deportivistas en el área del Celta con 21 minutos jugados.
Los blanquiazules recuperaban demasiado lejos de la portería viguesa, Andone se desesperaba en otra batalla prácticamente en solitario, lamentándose por su poca fortuna. Ni siquiera tuvo éxito cuando intentó forzar un saque de esquina. Se desesperó una vez más.
Babel, con el físico justo, tuvo criterio con el balón en su poder (aunque lo tocó poco) bajo el diluvio que surgió de repente en Balaídos. Ni en el palco se salvaron. Tino Fernández se cubrió con un sombrero y subió al máximo la cremallera del abrigo al lado de Feijoo y Carlos Mouriño.
Había que aguantar el chaparrón en el palco, la grada y el campo. Un autopase de Andone ante Roncaglia animó al rumano, que forzó una falta menos contundente que la que le llevó a Albentosa a recibir la amarilla para cortar una contra de Orellana.
El chileno bailó después a Navarro, asistió a Hugo Mallo, que se coló en el área por delante de Sidnei y disparó casi a la cabeza de Lux, que esperaba el centro. 1-0 justo para lo que hasta entonces se había visto en el derbi.
El Deportivo reaccionó y tardó seis minutos en igualar. Lo hizo con una falta que ejecutó Fayçal y conectó Albentosa con un formidable giro de cuello. El equipo herculino incluso pudo irse al vestuario con ventaja, pero ni Andone ni Guilherme remataron una ocasión de oro.
El descanso cortó la progresión del Depor. El Celta volvió mejor. A Cabral se le hizo de noche en otra jugada mal defendida por los blanquiazules, pero a la que atendió Albentosa.
Los vigueses dieron síntomas de debilidad en defensa, pero el Deportivo no la explotó. Y en esas estaba el partido cuando Sidnei interceptó el balón en el área con el sobaco y Álvarez Izquierdo le expulsó. Ah, no. Por error le mostró la roja y luego rectificó. Era amarilla, pero penalti. Aspas anotó así su primer gol en un derbi oficial y se sobró en la celebración, dirigida a la afición del Deportivo en Vigo.
Garitano aportó al campo a Marlos Moreno y el Depor se desnudó. Fayçal tuvo el empate con un disparo ajustado (pero por fuera), y el Celta, que pudo sentenciar en una contra que Juanfran permitió ante Orellana, cerró el derbi a trece minutos para el final con otra acción defensiva pésima que permitió al chileno abrir una herida en el Deportivo que agrandó Aspas.

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