El Fabril se desinfla

El Fabril se desinfla
Óscar Pinchi fue uno de los activos importantes en el Fabril creando peligro por la banda defendida por Aldalur | patricia g. fraga

Tampoco en la tercera jornada. El Fabril sigue sin ganar en la segunda vuelta o, lo que es lo mismo, tras las vacaciones de Navidad. El equipo de Gustavo Munúa no pudo con el Racing en Abegondo y se descuelga totalmente de la lucha por el campeonato tras el 1-1 en un partido en el que el cuadro ferrolano fue mejor en el primer tiempo y en el que con el paso de los minutos el mejor tono físico del filial le bastó para empatar e incluso para amenazar con la remontada.
Ante las baja de One, Munúa apostó por Raúl González en el centro de la zaga junto a Quique Fornos. Tocaba rotar en la portería y Cobo fue titular. En el centro del campo, sin Edu Expósito y con Gaizka Martínez en el banquillo, el Fabril salió con Queijeiro, Martín Bengoa y Romay, un tridente de características adecuadas para tener el balón. En punta de ataque regresaba Óscar Pinchi y, por lo tanto, se quedó Caballo fuera del once inicial. Eso, en cuanto a nombres, pero el rendimiento de los futbolistas no fue, ni mucho menos, el esperado.
El Racing apostó por un planteamiento atrevido, con riesgo en la salida de balón, también con tres piezas por dentro de las cuales Pablo Rey llevaba la voz cantante en cuanto a la creación. Por fuera, Ricardo volvió a apostar por el trabajo, el sacrificio, las ayudas. Brais Abelenda actuó en la banda derecha por delante de Aldalur y Maceira formó en la izquierda más avanzado que Nano. Joselu volvió a estar para lo que se le pide, para el gol.

El primero
No se habían cumplido ni veinte minutos cuanto el Racing tomó ventaja en el marcador. Joselu anotó el merecido 0-1 tras un mal despeje de Cobo -los jugadores del Fabril reclamaron airadamente falta del punta del Racing al portero del filial-. El guardameta tocó la pelota, pero la dejó muerta en el área pequeña. Joselu, que había contactado con Cobo, se giró y definió como quien no quiere la cosa, pero el balón tocó la red.
El Fabril no supo salir de la presión del Racing. Daba la sensación de que solo sería capaz de combinar cuando el desgaste del trabajo defensivo de su rival le permitiese encontrar unos espacios que solo con elaboración no era capaz de generar. El 0-1 fue la primera gran mala noticia para el final, la lesión de Blas a falta de diez minutos para el descanso, la siguiente. Munúa reajustó dando entrada a Gaizka Martínez en el centro de la defensa, desplazando a Quique Fornos al lateral derecho y, como suele ser habitual, en la banda también cumplió.
En la segunda mitad, el Racing fue apagándose progresivamente. Perdió fuelle en la presión, perdió precisión en las acciones técnicas, perdió profundidad y llegada al área contraria. Y el Fabril, que en ningún momento estuvo para tirar cohetes, entró en el partido. La diferencia de tono físico se acentuó en los últimos veinte minutos, en los que el conjunto ferrolano llegó a dar hasta mala imagen. Ni los cambios –el exdeportivista Aarón Sánchez había entrado ya en la primera parte por Fran Sota– le dieron energía al conjunto de un Francisco que no pudo mantener el nivel de su equipo durante los noventa minutos.

El segundo
Hasta perdió la concentración el Racing. El gol que anota el Fabril no es un gol que se pueda permitir un equipo de Segunda B. Saque de banda de Caballo, contacto de Pedro Alves con un defensa visitante y el balón llega a Romay, dentro del área y totalmente solo, con un carril para medir su carrera, dejar correr la bola y meterle el interior. La trayectoria no fue buena, Mackay llegó a tocar con un brazo, pero la pelota acabó en la red. Y el Fabril, que se desinfla, empató el partido por ritmo y nada más.

El Fabril se desinfla

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