El deportivismo llega en su mejor momento a la final

El deportivismo llega en su mejor momento a la final
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Deportivismo. Es una palabra que engloba todo. Todo lo que sea o respire en blanco y azul. Y podríamos decir que el deportivismo llega en su mejor momento a la final por el ascenso a Primera. Es cierto que se nota el cansancio, pero el ver que el objetivo es factible hace que nadie piense en la fatiga, sino en el partido del jueves.

Después de un año 2019 que comenzó mal y fue empeorando hasta el famoso mes de marzo en Riazor, poco a poco el equipo ha ido creciendo de nuevo, y lo ha hecho en el momento más importante.

Reactivados
Tras varias ausencias destacadas por lesión, de hombres tan importantes como Carlos Fernández, o de momentos irregulares, como el de Fede Cartabia, los talentosos atacantes blanquiazules comparecen en el tramo final por el ascenso en condiciones de desbordar al rival por su fútbol.

Futbolistas que no se implementaban especialmente bien en el equipo como Nahuel, otros que habían desaparecido cual Vicente Gómez, aparecen ahora para fortalecer más a la plantilla cuando hay que dosificar esfuerzos al jugar cada tres días. Justo cuando es más necesario.

Todos se unen a una base que no ha fallado durante todo el curso, como Dani Giménez o Domingos Duarte, baluartes en la retaguardia herculina. También a Álex Bergantiños, la regularidad personificada, o a Pedro Sánchez, con un rendimiento excepcional en casi todos sus compromisos.

En definitiva, la plantilla –al menos por lo que transmite– llega al tramo decisivo en condiciones de afrontar la final con garantías. Con cansancio acumulado, es evidente, pero con mucha fuerza mental.

El 'fondo de armario', al que aludía Eneko Bóveda en la zona mixta de La Rosaleda, debería ser una de las claves en la final por el ascenso.

Valentía en el banquillo
José Luis Martí ha sido valiente en este sentido. Otro entrenador podría ir con un once fijo a por todos los envites cambiando piezas según lesiones o cansancio. La alineación de Málaga, con Nahuel o Vicente Gómez en el equipo inicial y con futbolistas decisivos en el banquillo, le da precisamente esa disponibilidad a la plantilla para afrontar con garantías los dos choques de esta semana.

Si se consigue el ascenso, es evidente que una parte muy importante será de los entrenadores, también de Natxo, con el que el equipo realizó una buena primera vuelta.

Este momento llega, además, con el deportivismo unido, arropando a su equipo por encima de otras valoraciones sociales o societarias. Ser deportivista no es un fin, es un camino, y en ese camino, que uno recorre en su vida, hay momentos en los que lo que prima es el escudo, los colores. La afición ha demostrado que es campeona, que es de Champions, pero también que le da igual la categoría, siempre dispuesta a sumar con tal de ayudar a su equipo.

Clave del mañana
De hecho, si no se consiguiese el ascenso, hay una base, unas ‘raíces’ como decía Víctor Sánchez del Amo aludiendo al Málaga, para volver con fuerza el año que viene.  Pase lo que pase, la unión que se ha mostrado en el final de esta temporada es una de las claves para el futuro del club.

Pero por ahora solo hay que pensar en que es posible, comenzando el jueves en Riazor. Que el escudo del Deportivo ‘pesa’ lo suyo, que hay plantilla, calidad de sobra y una afición que, como siempre, empujará para conseguir regresar a Primera, una vez más ‘a la primera’. Hay que soñar. Así pues, soñemos.

El deportivismo llega en su mejor momento a la final

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