El Depor salva, al menos, el orgullo

El Depor salva, al menos, el orgullo
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Uno ya estaba descendido y  el otro se ha quedado sin Europa. El Depor, sabiéndose equipo de Segunda, tuvo que escuchar los vaciles de Balaídos en una temporada en la que el presidente blanquiazul ambicionaba acabar por encima del Celta y mirar al Continente. En Balaídos, tiró de orgullo en un derbi feo,  trabado, con pocas faltas pero duras (17 en total, 6 amarillas, 4 de los locales). Las temporadas de ambos han sido decepcionantes, aunque, evidentemente, el peor parado ha sido el Depor, condenado a la categoría de plata. El gol de Lucas Pérez en el descuento después de ver la ola en Vigo y escuchar repetidamente el ‘a Segunda, oe’, sirve para maquillar un derbi que ha sido como la campaña de los dos equipos gallegos de Primera División: para olvidar.
No era fácil este ‘clásico’ para el Deportivo, emocionalmente ‘tocado’ por la pérdida de categoría. Una parte de la afición blanquiazul prefería llegar al campo vigués con el descenso consumado para que la del eterno rival no pudiera mandar al Depor al pozo. En el verde  de Balaídos, los de Seedorf pronto sufrieron por los flancos. Pione Sisto superó con demasiada facilidad a Juanfran y Luisinho tardó en aportar solidez. Por su perfil no tardó en cazar a Brais Méndez y en recibir la primera amarilla del partido.
Al Deportivo le quemaba el balón. Le tocó correr detrás de él. El Celta se encontraba demasiado cómodo, no le costaba nada asomarse al área deportivista. Al cóctel se sumó otro error de Rubén Martínez esta temporada. Envió el esférico al cielo Pione Sisto desde la izquierda, el portero la vio caer y se confió, y Maxi Gómez impuso su cuerpo, le ganó la posición al guardameta y remató a placer para adelantar a los vigueses a los 13 minutos. No había falta.
Seedorf se desesperaba en la banda. No tardó en mandar calentar a los suplentes. El Celta triangulaba a la contra y el Depor no daba señales en campo rival. Rubén atajó un disparo de Wass superado el ecuador de la primera parte, justo antes de que un fallo grave de Çolak estuviera a punto de servirle el segundo en bandeja a Maxi Gómez, pero el portero blanquiazul aguantó en el mano a mano y desvió con el pecho a córner. El de Coristanco es lo que tiene, le podrás encontrar en los vídeos de gazapos y también en los de grandes paradas.
Seedorf insistió en su apuesta por Borges como interior izquierdo... y no funcionó. Si ya sufre cuando juega caído a banda derecha, ponerle a jugar en la siniestra es castigarle.
La vuelta de Adrián López al once tampoco dio más pegada al Deportivo. Lucas Pérez, como en el partido de Riazor,, empezó más pendiente de las protestas (pidió penalti por mano -codo- de Cabral y ya había tenido algún que otro intercambio de impresiones con el árbitro), que de su rol en el césped.
Antes del descanso, Sergio Álvarez solo tuvo que intervenir para palmear a córner una potente volea lejana de Guilherme. El Depor llegó al intermedio mejorando su imagen, con Krohn-Dehli ganándose los silbidos de Balaídos cada vez que tocaba el balón. El danés aportó criterio mientras le aguantó el físico.
Çolak se quedó en el banquillo por decisión técnica (no por las molestias que tenía), en la vuelta al terreno de juego y entró Fede Valverde. Krohn-Dehli unos metros para situarse en la posición de enganche.
Fue el Celta, no obstante, el que tuvo la primera del segundo tiempo. Pione Sisto armó un disparo duro desde tres cuartos pero demasiado centrado. Rubén no pudo blocarlo, pero al menos logró despejar.
A falta de fútbol, el intercambio del derbi se centró en las entradas de Maxi a Schär y del suizo al uruguayo (que tuvo que pedir el cambio poco después) y las protestas de Hugo Mallo, que sin Iago Aspas en el césped fue el jugador del Celta que más vivió el choque. Lukas Boyé suplió a Maxi y se llevó por delante a Albentosa con un codazo que podía haberle costado la roja.
El partido avanzó muy trabado, con disputas de balón sin sentido como la que le costó a Pione Sisto la tarjeta amarilla por una entrada a Luisinho, del que se mofaron coreando que era ‘Balón de oro’.
El celtismo hizo la ola antes de tiempo a pesar de no haber cumplido el objetivo de la temporada. Con Borja Valle y Andone en el campo, el Depor tuvo más llegadas. El rumano estuvo a punto de cazar un pase de Lucas y el berciano, tras una asistencia de Juanfran, puso en muchos apuros a Sergio, que sacó el balón con el pie. 
El Deportivo insistió y encontró el premio en el descuento con un pase desde línea de fondo de Guilherme a Andone, que se la dejó a Lucas para que el coruñés empalmara un zurdazo con acierto y diera un punto de orgullo al Depor antes de bajar al infierno.

El Depor salva, al menos, el orgullo

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