El Depor paga la ronda

El Deportivo hizo de buen anfitrión en el derbi. Pagó la ronda y el Celta no desaprovechó la invitación para imponerse en Riazor merced a un mayor acierto, a aprovechar los errores coruñeses y a que cuando el equipo blanquiazul pudo marcar no concretó sus claras oportunidades.
El encuentro comenzó como empiezan los derbis, tensión a tope, se podía cortar con un cuchillo. Presión. Los equipos se tomaron las medidas y comenzó el Depor a ser protagonista. Lucas rompió la paz con el primer disparo a los tres minutos. Cavaleiro estuvo a punto de marcar en el 8, cuando recibía un saque de esquina, al vértice del área, que salía cerca del pal.
El equipo del norte empezaba mejor que el del sur. Lo intentaba en el 10, de nuevo, Lucas Pérez con un disparo lejano. En estos instantes el Celta solo salía al contraataque. Al cuarto de hora Orellana ensayaba con un lanzamiento que detenía Fabricio.
Oriol Riera contestaba en el 18 con un nuevo chut sobre la portería de Sergio Álvarez e instantes después los de Víctor Fernández disponían de un nuevo córner, muy cerrado, que la zaga celeste despejaba con apuros.
Superado el ecuador de la primera parte tomó el mando el eterno rival, pero se encontró a un atento Fabricio, que desbarató todas las jugadas de ataque. Primero en una contra a los 23 minutos, en el 36 blocando un balón venenoso que buscaba a Charles, en el 38 en una nueva oportunidad para olívicos. El Depor se sacudió el dominio, agobiante por momentos en este tramo final del primer periodo. Realizó un ataque largo en el 40 que acabó sin consecuencias. Orellana, un minuto después, hizo el último lanzamiento del primer acto, con un balón que se perdió sobre el marco locall.
Con empate a todo se llegó al descanso, en el resultado y en las ocasiones, pero el Celta venía creciendo en el partido.
Así, la segunda parte se inició con el principio del fin. A los pocos segundos Oriol Riera perdía la pelota en el medio del campo, el Celta montaba una contra en la que Orellana recibía en el costado del área, levantaba la pelota sobre la salida de Fabricio y Charles tocaba de cabeza para anotar un gol que, posiblemente, hubiese entrado solo con el toque del chileno. Un mazazo.
No obstante los coruñeses tenían tiempo por delante y lo intentaron hasta el final. En el 47 disponían de una buena opción de ataque desbaratada por el portero celeste.
El Celta se parapetaba esperando una contra para la sentencia y el Depor quemaba las naves. Lucas lo intentó con la hora cumplida, en dos disparos que se fueron altos. Después de una tangana solucionada con tarjetas para el de Monelos y Nolito, el Depor rozaba el empate en una triple ocasión. Lucas y Borges se encontraban a un inspirado Sergio y, en el tercer rechace, con toda la puerta para Oriol Riera, el balón se iba al larguero. Día negro para el delantero catalán.
Por si fuera poco, casi en la siguiente jugada, el punta volvía a perder un balón muy comprometido y Lopo, que derribaba a Charles, veía la segunda amarilla dejando al equipo con diez jugadores.   
Si el golpe no era ya casi definitivo, faltaba la sentencia y, aun así, tuvo de nuevo Oriol un balón servido por Lucas Pérez que no pudo controlar con la meridiana calidad como para elevar la pelota ante la salida del meta de Catoira. Era el minuto 78.
En el 81, un error de Luisinho en defensa hacía que el esférico se quedase ante Fabricio, a media salida, opción que aprovechaba Larrivey para hacer el 0-2 tras robar la pelota.
Fue la sentencia a un derbi que pudo acabar de otro modo, pero se lo llevó el Celta por tener mayor pegada y aprovechar los errores blanquaizules. Así es el fútbol. Ahora, a pensar en el Almería, donde el Depor sigue jugando por la permanencia.