El Depor muda la piel en El Molinón

El Depor muda la piel en El Molinón

El Deportivo se soltó, por fin, a domicilio. Dejó atrás la imagen de equipo triste, apático y rácano que se acostumbró a dar lejos del estadio de Riazor. Con mil deportivistas en la grada, jugar en El Molinón fue lo más parecido a hacerlo en casa. Exigía responsabilidad, como había dicho Natxo González antes del partido. Demandaba carácter, ambición, derroche físico. En definitiva, otra actitud, un Deportivo alejado de la versión que dio en Cádiz o Mallorca. Así llegó la primera victoria a domicilio en casi cuatro meses.

El cambio lo transmitió desde el principio. Nada más echar a rodar el cuero provocó el primer córner. Hubo intensidad y verticalidad. Borja Valle, ex del Oviedo, se estiró en ataque y no se encogió en defensa. Una falta dura a Giraldes, castigada sin amarilla, avisó al Sporting de la intención del Deportivo en cada duelo.


Natxo respetó el 4-3-3 con el que el equipo resurgió ante el Albacete con un cambio en el once: sentó al máximo goleador del equipo para alinear a Christian Santos. El venezolano, el delantero de referencia que hay en la plantilla, apartó la ansiedad que había tenido en su último partido como titular.


Y volvió a funcionar la estrategia. A los siete minutos, ejecutó Fede Cartabia desde la esquina, prolongó Borja Valle y cabeceó en el área pequeña Alex Bergantiiños. Esta semana, Armando Palleiro, compañero de este diario, le había anticipado la posibilidad de ver puerta en su regreso al Molinón. “Lo primero sería acordarme de mi hija, que es su cumple el domingo. Yo meto pocos goles y no sé si será el día. No sé qué reacción tendría. Será un día especial en todos los sentidos”, apuntó el de la Sagrada Familia. Hombre de poca fe. Marcó y no lo celebró.


Poco le duró la ventaja a los deportivistas. Incomprensiblemente, en un balón colgado por Hernán Santana se agachó Marí y Djurdjevic anotó por cuarta jornada consecutiva.

Lejos de apagarse, el Deportivo siguió enchufado al partido y se cobró un error del Sporting en la salida del balón. Dio resultado la presión de Borja Valle, robó el berciano, la abrió para Cartabia y este se la devolvió. No la conectó bien Valle pero ahí estaba Christian Santos para golpear con la izquierda, con poco ángulo, y batir a Mariño por el palo corto. De nuevo el Depor por delante y el Sporting a remolque. Tres goles en quince minutos.


Si desconocida era la imagen del Deportivo en ataque, también lo fue en defensa. Una amarilla por pérdida de tiempo condicionó a Dani Giménez desde el minuto 19 de partido. Cuatro después, Duarte y Marí no se entendieron a la hora de despejar y Carmona, que se encontró el regalo en el área, falló en su disparo.


El Deportivo empezó a jugar con fuego, pero supo sufrir. Pudo marcar el tercero con un remate de primeras de Christian a pase de David Simón, pero su balón se fue a unos centímetros del poste derecho de Mariño El Sporting también tuvo el gol en una buena jugada que superó a la defensa del Deportivo y que Babin culminó con un disparo alto.


La segunda parte comenzó como acabó la primera, con el Sporting más entero y el Depor, conteniendo. De una pérdida de Bergantiños, los asturianos montaron un contragolpe que volvió a transmitir sensaciones de fragilidad en la cobertura blanquiazul. Alvaro Jiménez recortó ante Duarte y Cristian Salvador se coló entre la zaga para acabar rematando fuera.


Natxo movió entonces el banquillo para refrescar al equipo. Oxígeno por la banda derecha, donde Edu Expósito, que se había llevado un golpe en la rodilla en el primer periodo, se fue al banquillo para que entrara Didier Moreno, que empezó a la derecha de Bergantiños y acabó a su izquierda, más acertado que en otros partidos. Tampoco era difícil.


El Deportivo desapareció en ataque en la segunda parte. Su primer remate a puerta fue un disparo flojo de Vicente Gómez a los 73 minutos. El canario, por cierto, será baja ante el Tenerife por acumulación de amarillas. Se perderá, así, su derbi particular.

El técnico blanquiazul también cambió el ataque con Quique y Carlos para dar respiro a Cartabia y Christian. Salió a relucir la profundidad de banquillo del Deportivo, garantía de éxito en la maratoniana Segunda División.


El equipo tenía el partido controlado, aunque a poco más de cinco minutos se le pudo complicar con un disparo de Traver tras un mala salida de Dani Giménez. El portero enmendó su error y el Deportivo culminó la faena. El equipo de Natxo González supo llevar el partido a su terreno, con personalidad, aunque también perdió a Carlos Fernández para el encuentro con el Tenerife por lesión y sanción.

Esa será otra historia después de dos victorias seguidas, las primeras de 2019, y de haber puesto fin a la mala racha a domicilio. El equipo coruñés deja al Sporting a doce puntos y el golaveraje y aprovecha los traspiés del Granada y el Málaga (empataron sus partidos) para ponerse, respectivamente, a dos y un punto de ellos. l

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