Cómo salir vivo de O Condús

Cómo salir vivo de O Condús
lloves y pablo, del pontevedra, observan como el balón lame el larguero de la portería visitante susy suárez

Jugar en O Condús no debe sorprender a nadie. Todos los equipos saben lo que hay: unas dimensiones artificiales de risa y un rival intenso, con las ideas claras. Ese es el Dorneda. El Pontevedra sabía de sobra lo que se encontraría ayer. Algo parecido a ir de compras el primer día de rebajas: agobio y dificultades, poco tiempo y espacio. En definitiva, algo por lo que hay que pasar pero que no es agradable. Así fue. El equipo de Brizzola hizo más para ganar. El de Milo, en un quiero y no puedo, salvó un punto. En ningún momento perdió dos.

La baja de Dani Deza invitó al entrenador del Dorneda a situar a Jordi en el interior izquierdo, por delante de Juan. Héctor, que disfrutó de la ocasión más clara de la primera parte (error garrafal ante Lloves tras pase de Cristian), jugó en la derecha. La referencia más avanzada, la rata Cheki. Con esas armas ofensivas y el equilibrio de Elmer, viendo siempre el culo de Cristian y Dapo, Brizzola consiguió desgastar progresivamente a su rival.
El partido ganó en interés tras el descanso. Básicamente porque, en ocasiones, la sensación era de agrietamiento y espacios libres. En ese ir y venir en unas dimensiones tan particulares, el Dorneda se maneja mejor. Sus jugadores saben cuánto correr, hacia donde y en qué momento. Dominio lógico, por otra parte. En el primer tiempo, también lógico, saltaron a la palestra los ya conocidos términos: respeto, control, observación. En definitiva, poco riesgo en líneas generales y mucho menos en parcelas peligrosas. El 0-0, razonable.
Santi Domínguez, la pareja de Stefan en punta de ataque desde el inicio, se quedó en el vestuario tras el descanso. Probablemente por problemas físicos (apenas entrenó durante la semana). Lejos de mejorar, el Pontevedra pasó a jugar a merced del Dorneda, tan incisivo para generar ocasiones de gol como poco efectivo en la resolución. En este apartado tuvo buena parte de culpa Lloves, sin duda el mejor visitante ayer en O Condús. Si tu portero es el protagonista...
Dapo, central en muchos partidos esta temporada, se convirtió en un auténtico quebradero de cabeza para la línea defensiva del Pontevedra. Ubicado por detrás del delantero provocó incertidumbre con sus llegadas desde segunda línea. Llegó a disfrutar de tres ocasiones realmente claras. ‘San Lloves’ acudió al rescate. Stefan dispuso de la única clara del equipo de Milo en el segundo tiempo, pero fue Jordi el que, en el minuto 85, gozó (más bien sufrió) de la mejor opción de todas. En el mano a mano con Lloves sacudió el balón al pecho del portero rival, que ejemplificó cómo salir vivo de O Condús. 

Cómo salir vivo de O Condús

Te puede interesar