Capacidad de reacción

Capacidad de reacción
en la sede social del deportivo de a coruña se acogió el anuncio concursal con preocupación javier alborés

El consejo de administración del Real Club Deportivo de La Coruña SAD se sorprendió cuando hace ahora 72 horas los responsables de la administración concursal decidieron reponer el sueldo a todos sus miembros y el del propio presidente, pero mucho más cuando 24 horas después tomaba la drástica decisión de conceder un plazo de 15 días para que el mismo alcance un acuerdo de forma definitiva o se procedía a la liquidación de la entidad.
Ahora el problema es muy grave. Ya no es un brindis al sol, ni siquiera una amenaza gratuita, pero que llega en el momento menos deseado habida cuenta de que el club se encuentra en pleno proceso de elaboración de la primera plantilla y la noticia de un ultimátum enviada ayer mismo a través de correo electrónico a todas las partes perjudica de una forma irreparable alcanzar acuerdos con los posibles fichajes con los que se están negociando ahora mismo.
Lo que sí está claro es que el consejo de administración, liderado por Augusto César Lendoiro, ha tardado exactamente ocho meses en reaccionar. Se dice, aunque no está confirmado, que el propio presidente propuso a los principales acreedores del club, Hacienda y bancos, un periodo de pago de deuda a largo plazo, pero ha recibido un portazo. El grave problema que se encuentra ahora el máximo mandatario de la entidad blanquiazul, según fuentes consultadas por dxt campeón por parte de los acreedores, es que no tiene crédito y no confían en sus propuestas porque no son “creíbles ni realistas”, explican.
Tanto es así que el propio Lendoiro envió un emisario a negociar con José María Castellano, presidente de Novagalicia Banco. En concreto uno de sus consejeros, lo que pone de manifiesto que él no ha querido dar la cara con el máximo responsable de la entidad financiera. No obstante, la propuesta realizada no se ajustaba a la realidad económica de la entidad y fue rechazada. Ante otras alternativas planteadas, tampoco cuajaron porque el citado emisario de Lendoiro no tenía capacidad para negociar. Lo mismo ocurrió con la Agencia Tributaria, que ha puesto sobre la mesa de los administradores concursales y del propio Juzgado de lo Mercantil Nº 2 las distintas actas de incumplimientos que, como todo el mundo sabe, suponen una enorme factura para la entidad blanquiazul en concepto de multas y que son ajenas a la deuda contraída con el fisco. Ahora habrá que esperar los próximos movimientos a la búsqueda de un acuerdo.

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