Desde los Cantones... suizos

Fede Cartabia se ha hecho internacional. El jugador argentino levanta pasiones en Japón (hace unos días recibió a una joven nipona en Abegondo, Ayaka) y también en Suiza. Desde allí le sigue Matías, el pequeño de una familia del país alpino que ayer acudió a la ciudad deportiva para conocer a sus ídolos. 
Matías, con su hermana, Lidia, que es fan de Fabricio, y sus padres, José y Silvia, intentaron seguir el entrenamiento del Deportivo, aunque poco pudieron disfrutar de la sesión. 
El equipo trabajó en el gimnasio durante buena parte de la jornada y Víctor dirigió los últimos minutos en el campo 7, el más alejado de la grada de Abegondo. Aún así, lograron sacarse fotos con los jugadores del Deportivo y también consiguieron autógrafos. 
El padre, José, nació en A Coruña pero con quince años emigró con sus progenitores a Suiza, donde conoció a su mujer, Silvia, que es de padres españoles, concretamente de Extremadura y Andalucía, pero nació en el país helvético. 
Los cuatro pasan unos días en la ciudad herculina, donde visitan a los padres de José y a su hermana, que regresaron de Suiza hace unos años.
El martes, en el Centro Comercial de Los Rosales se encontraron a Luisinho, que participaba en el programa de Coca-Cola ‘Tira el penalti del derbi’, y fue el luso quien les informó de que al día siguiente tenían entrenamiento en Abegondo. Así que toda la familia se desplazó a ‘El Mundo del Fútbol’. 
Su objetivo es ver a los deportivistas en acción el sábado en el campo de Balaídos con el deseo de darles suerte en el derbi gallego, aunque ya saben que, para estar en la grada del campo vigués, tendrán que adquirir las localidades en Vigo o a través de internet, ya que en A Coruña hay lista de espera para las que gestiona el Deportivo.
Lidia tendrá que esperar hasta la próxima temporada para ver en acción a Fabricio, ya sea en el Depor o en otro club. Como él, ella es portera y también tiene bastante éxito bajo palos. Está encantada de que el conjunto blanquiazul vaya a tener sección femenina y, en el futuro, quién sabe, poder tener la posibilidad de defender la camiseta que, con orgullo, luce en Suiza.