Borges toma los mandos

Borges toma los mandos
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El Deportivo consiguió un triunfo muy importante en Vallecas merced a un sensacional partido de Celso Borges y a que no se vino abajo cuando el Rayo empató y acosó a los blanquiazules.
El Depor acertó primero. Tras un inicio en el que Lucas avisaba con un disparo efectuado a los pocos segundos, los herculinos gozaban de un lanzamiento de falta que lanzaba Cavaleiro. El balón se iba directo a los dominios de Toño, que metía el guante pegado al palo y, en el rechace, aparecía Borges para anotar el 0-1. Era el minuto nueve y el equipo coruñés se ponía por delante tras esos primeros compases en los que los equipos ‘se toman la medida’. El Rayo pasó a dominar el encuentro. Con su fútbol dinámico se lanzó a por el conjunto blanquiazul y lo arrinconó en su área. El Depor intentó contragolpear pero los franjirrojos, asumiendo no pocos riesgos en defensa con varios regates al límite de Zé Castro, fue capaz de frenar las salidas raudas de balón de los futbolistas herculinos.
En el minuto 21 los de Paco Jémez igualaban el partido merced a un centro al que Lopo no llegaba en el despeje de cabeza, tampoco Baptistao, pero sí Bueno, quien anotaba el empate sin que nada pudiese hacer Fabricio.
El encuentro se abrió, con los dos equipos intercambiando acciones en las dos áreas. Aunque no hubo precisión para finalizar ninguna de las opciones de ataque ambos contendientes intentaron jugar la pelota hasta el final del primer tiempo, que concluyó con las ocasiones más claras del Deportivo hasta el momento: Un disparo de José Rodriguez repelido por el meta rayista y, después de un nuevo intento, un chut desde cuarenta metros de Celso Borges que Toño acabó mandando a un córner que se botó sin consecuencias. Con empate a unos se puso camino al túnel de vestuarios.
El Rayo salió dispuesto a darle la vuelta al encuentro de manera definitiva tras el descanso. El Deportivo también. Aunque un partido abierto era temido por la facilidad de los rayistas para hacer rondos ante el rival y plantarse en la meta contraria a base de fútbol, el equipo coruñés -menos combinativo- supo esperar sus oportunidades y, de hecho, avisó primero. Si en la conclusión del periodo inicial disponía el conjunto herculino de dos claras ocasiones, en el 52 Cavaleiro estrellaba una falta en toda la escuadra.
Era el detonante para que los de Jémez se lanzasen a por todas, disfrutando de sus mejores minutos. En el 54, de hecho, el conjunto vallecano marcaba en un lanzamiento lejano de Kakuta, aparentemente legal, pero era anulado por fuera de juego de los delanteros rayistas.
El conjunto local empujó al Depor a su área. Comenzó el asedio con faltas desde el perímetro, saques de esquina y todo tipo de combinaciones buscando la meta de Fabricio. El canario tuvo que intervenir en el 67, con un paradón ante los arietes rayistas, que se lanzaban al remate frente al meta deportivista.
En el minuto 71 llegaba el tanto de la victoria coruñesa. Un penalti de Abdoulaye sobre Sidnei, al que impedía saltar para rematar la pelota, era trannformado por Celso Borges, quien mostraba su habilidad en estas lides. Ni se inmutó. La pegó con todo, por el centro a media altura, como mandan los axiomas de los lanzamientos desde los once metros. El tanto cerró una noche mágica para el costarricense.
Con Cuenca en el campo el equipo dispuso de nuevos argumentos y, en el 85, a punto estuvo de marcar el tercer tanto después de un ajustado disparo pegado al poste que Toño envió a córner. Hubo que aguantar hasta el 94 a base de coraje y defensa. El trabajo estaba hecho.
El Depor respiró ayer en Vallecas merced a tres puntos que valen su peso en oro, sobre todo después de haberla pifiado en casa ante el Granada. Este fin de semana será muy tranquilo para el deportivismo. Por fin podrá ver los toros desde la barrera con una sonrisa exultante tras la segunda victoria del equipo fuera de casa. Ya era hora.

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