Atraco a mano armada

Atraco a mano armada

Queda mucha liga por delante, toda, pero puntos perdidos como los de ayer siempre se recuerdan, sobre todo cuando tu equipo, fuera de casa, con un tremendo calor, jugando con sobriedad, se hace acreedor al triunfo y el colegiado, simplemente, se lo birla por la cara.

El árbitro del partido, Gil Manzano, falló como una escopeta de feria en las dos jugadas claves, las que marcaron el choque, que tendría que haber finalizado con una victoria blanquiazul sin paliativos. Con el 0-1 en el marcador, Nélson Oliverira lanzaba un chut poderoso que pegaba en el larguero y botaba detrás de la línea de gol. La pelota salía del arco con un efecto endiablado, pero estaba muy claro que era un gol en toda regla. Ni Gil Manzano ni sus asistentes se percataron. Lamentable.

Por si fuera poco ‘jorobar’ al Deportivo, resulta que en la jugada del empate granadino hay una falta clarísima sobre Aythami, que se llevó de recuerdo un tatuaje de tacos sobre el estómago. De lo que tendría que haber ocurrido, el 0-2, se pasó al empate a un gol. Nunca gusta escribir de árbitros, sólo de fútbol, pero Gil Manzano fue el ártifice de que el Granada saliese vivo de su estadio.

Oltra planteó el partido sin Juan Carlos Valerón y dio entrada en su lugar a Javier Camuñas. Sabedor de que Anquela gusta de severos marcajes personales optó por dejar al canario en el banquillo y, en lugar de buscar el pase milimétrico (que Camuñas también los da) optó por la velocidad en la media y el trabajo de la línea de tres jugadores que se ubica por detrás del delantero.

El choque comenzó perfectamente controlado por el Deportivo. Aunque no se estiró demasiado en la parcela ofensiva, el conjunto coruñés mantuvo al Granada en su campo y fue capaz de cortar cuanto ataque andaluz le vino encima.

El conjunto herculino mató la primera media hora del encuentro, no dejó pensar al rival, le esperó cómodo, y jugó sus bazas. De hecho los primeros disparos entre los tres palos de ambos equipos llegaron pasados los treinta minutos.

A los 38 Riki, con un tremendo golpe en la nariz, dejaba el terreno de juego para que entrase Nélson Oliveira. Segundos más tarde el luso hacía el 0-1. En una jugada local, en la que se le cedía la pelota al portero, el luso fue más listo que la zaga y el meta, molestó con criterio, creó su espacio, lo ocupó y utilizó. Fue una jugada de ‘nueve’, de ariete. El portugués consiguió hacerse con la pelota y batió a Toño ajustando al pelota al segundo palo.

Con el resultado favorable se llegó al descanso. Le tocaba maniobrar a Anquela y así lo hizo. Cambió a Brahim por El-Arabi buscó más profundidad. Oltra esperó su turno; tenía claro que podía cerrar el partido, especular un poco, pero buscando la salida veloz y la contra.

Dos minutos después de comenzar la reanudación llegaba la jugada que hubiera supuesto el 0-2. Nélson celebró el gol pero la pelota salió fuera y, en honor a la verdad, nadie del Depor protestó cuando lo lógico hubiera sido ‘comerse’, por lo menos, al auxiliar en la banda.

El equipo no se descompuso, todo lo contrario, aguantó los envites granadinos. A los 71 a punto estuvo de marcar Pizzi después de un balón servido por Marchena pero la fortuna no le sonrió. Recordando los cambios de Irureta, Oltra decidió cerrar las bandas y dio entrada a Ayoze buscando equilibrio para el final del choque. Los herculinos tenían completamente controlado el encuentro cuando, a los 80 minutos, Floro Flores empataba el choque. Una falta clarísima sobre Aythami, una entrada con los tacos marcados en el estómago, precedía a la acción del gol, que nunca debería haber subido al marcador. 1-1. Un puntito para el Depor, en lugar de los tres que deberían haber sido, y otro para el Granada, al que se le apareció la suerte en forma de colegiado. Se pueden hacer más valoraciones, tácticas, técnicas, pero una está por encima de todas: el árbitro atracó al Deportivo.

1. un gol de delantero oportunista
Nélson Fabiano anotaba el 0-1 a cinco minutos para el descanso
después de buscar con ahínco la ocasión de gol y birlársela a la defensa andaluza.

2. el segundo no sube al marcador
El delantero portugués volvía a marcar dos minutos después del comienzo de la segunda parte pero el colegiado del encuentro ‘ni se enteró’.

3. el árbitro habilita el empate local
Con una clara falta sobre Aythami la jugada debería haber sido invalidada, pero el colegiado permitió que llegase el empate del conjunto granadino.

 

Atraco a mano armada

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