El juego interior basta para vencer a Canadá

La selección española demostró estar bastante bien engrasada tras un par de semanas de entrenamientos, en un primer compromiso de preparación donde jugó dos cuartos –los primeros– y luego se entregó a probar cosas... y administrar las fuerzas como buenamente pudo. Suficiente para imponerse con autoridad a una Canadá de futuro –cuando junte a su ilusionante nueva generación–, pero cuyo presente está bastante verde.
Los pupilos de Juan Antonio Orenga ni siquiera necesitaron pisar a fondo el acelerador en el primer cuarto. Algo lógico, habida cuenta las alturas de esta particular ‘pretemporada’ mundialista. Entre los hermanos Gasol, Marc jugando un pick’n’roll de manual, y Pau, con esa facilidad que tiene para sumar sin que nos demos cuenta, se sobraron para abrir hueco (25-12).
Entre el tramo final de acto inaugural y el inicio del segundo apareció Felipe Reyes para imponer su ley en el rebote ofensivo. Y adornarse con un tapón brutal que casi clava en el parquet a un jugador canadiense.
Aunque Canadá endureció su defensa y a ‘la Roja’ le costó anotar al principio, cuando lo hizo, hilvanó un parcial de 9-0, para alcanzar la que a la postre sería su máxima renta, 22 puntos (34-12), que repitió en diferentes fases del encuentro.
Pero, cuando parecía que España metía la directa, surgió Dwight Powell, que con tres canastas jugando por encima del aro, evitó el demarraje, aunque fue un pase a la remanguillé de Pau que Navarro culminó con una de sus clásicas bombas, la que puso las bocas redondas en las gradas del Coliseum, poco antes del descanso (47-29).
A la vuelta de vestuarios empezó a asomar el –lógico– cansancio en las filas rojas. Se notó que Canadá llegó a A Coruña con varios amistosos en su maleta. El bajón se notó especialmente en el perímetro, donde Calderón, Navarro y Llull estuvieron muy erráticos.
Fue EL SOPORTE, Pau, quien tiró del carro español. Suyas fueron las únicas tres canastas en juego en este tercer periodo. El resto, tiros libros, sobre todo de Serge Ibaka, mientras que Cory Joseph –campeón de la NBA con los Spurs– aprovechaba su explosividad para superar a los bases de la campeona de Europa.
Así, los de Jay Triano fueron limando lentamente la diferencia, hasta dejarla en un preocupante +9 (64-55) a siete minutos del bocinazo final, después de un triple de Joseph.
Orenga movió ficha. devolvió a la pista a Marc y a Reyes. Entre ellos cocinaron el 6-0 que devolvió las cosas a su sitio. Primero, tras un robo de Ricky y posterior asistencia de Sergio Rodríguez. Luego, con dos tiros libres del Gasol mediano, y para acabar con una jugada típica del pequeño de los Reyes, ganando la posición en el poste bajo a base de culo e inteligencia.
Poco más que contar de un debut de guante rojo de una selección española que todavía tiene por delante días y partidos para conseguir el tono suficiente para discutirle, en el Mundial ‘de casa’, la supremacía universal a una Estados Unidos que llegará a España con muchas ausencias importantes.