Tras dos aplazamientos, la flota por fin se echó al mar

Tras dos aplazamientos, la flota por fin se echó al mar
El alcalde Ernesto Anido y la concejal de Deportes Soraya Salorio vieron en vivo la salida ac

La Mini Transat 2013, travesía oceánica en solitario desde el puerto de Sada (A Coruña) hasta Pointe à Pitre (Guadalupe), con un recorrido de 3.600 millas (6.671 kms), partió en la mañana de ayer, con un total de 77 embarcaciones en competición, cuatro de ellas españolas.
Las adversas condiciones meteorológicas que han acompañado a esta edición de la prueba, que tenía prevista la salida del puerto francés el 13 de octubre pasado, retrasándola 16 días, hasta el 29 de octubre y anulando posteriormente el tramo inicial entre Douarnenez (Francia) y Sada, obligaron a reducir el recorrido a una sola etapa, que será la más larga en la historia de la prueba, y cuya partida fue aplazada el lunes y el martes por las malas condiciones del mar.
La salida se dio con viento de Noreste de unos 8-10 nudos (14 a 18 kms/h) y los cuatro navegantes españoles están en competición: el navarro Carlos Lizancos (‘Reyno de Navarra’), el barcelonés Bruno García (‘Sampaquita’), la también barcelonesa Pilar Pasanau (‘Peter Punk’) y el ilerdense Joel Miró (‘Dame Argo’).
La etapa única ha eliminado la parada técnica prevista en Puerto Calero (Lanzarote). Sin embargo, la flota deberá cruzar una puerta cerca de Lanzarote que establecerá una clasificación intermedia antes de cruzar el Atlántico. Además, los competidores que lo deseen podrán hacer una parada exprés en Puerto Calero. Este nuevo recorrido Sada-Pointe à Pitre, de 3.600 millas náuticas, es la distancia más larga en la historia de la Mini Transat (hasta ahora era de 3.100 millas (5.744 kms) de Madeira (Portugal) a Salvador de Bahía (Brasil).
La llegada a Guadalupe será alrededor del 1 de diciembre y se prevé una ruta rápida ya que se evitarán los temibles doldrums ecuatoriales. Algunas previsiones indican que se alcanzarán las Islas Canarias en menos de cuatro días y las estimaciones iniciales indican la llegada a Guadalupe tras 17-18 días de navegación para los primeros prototipos. Esto representaría una de las travesías del Atlántico más rápidas, aunque la mayoría de competidores prefieren confiar en estar de 24 a 25 días en el mar.

Tras dos aplazamientos, la flota por fin se echó al mar

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