Aginagalde sale al rescate

La selección española de balonmano dio un paso de gigante para cerrar al primera fase como líder del grupo A, tras imponerse por 25-28 al conjunto anfitrión, en un encuentro que los españoles no lograron decantar a su favor hasta que lograron encontrar al pivote Julen Aginagalde.
Más de cincuenta y tres minutos tardó el conjunto español conectar con el sin duda el mejor pivote del mundo, un error que estuvo de costar a España una derrota ante el trabajadísimo equipo catarí, que de la mano de Valero Rivera, promete dar muchos sustos en el torneo.
Una sorpresa que España logró evitar en los minutos finales en los que Julen Aginagalde se convirtió en el auténtico rey de la pista con cuatro goles, que permiten a los de Manolo Cadenas seguir contando por victorias en el torneo.
Consciente de que el auténtico Mundial arrancaba ayer ante los anfitriones, el conjunto español mostró de partida su versión más sólida hasta el momento en Doha, especialmente en defensa, donde ayer sí los ‘hispanos”’recordaron al equipo que se proclamó campeón del mundo hace dos año en Barcelona.
Tal y como demuestran los apenas dos goles (2-5) que España concedió en los primeros doce minutos de juego a Catar, lastrada en ataque por la falta de efectividad de los cañoneros Markovic y Capote.
Las enorme movilidad, con constantes salidas, de los defensores españoles, apenas dejaron distancia a los lanzadores cataríes, lo que obligó a los asiáticos a finalizar sus ataques por los extremos, donde Catar cuenta con jugadores menos fiables.
Más espesa se mostró la selección española en ataque, donde fue incapaz de conectar con el pivote Julen Aginagalde, que no tuvo la oportunidad de lanzar ni un sólo lanzamiento en toda la primera mitad.
Problemas ofensivos que impidieron hacer valer en el marcador su buen hacer en defensa, lo que posibilitó que Catar se mantuviese al acecho en un marcador al que los locales lograron dar la vuelta (10-8) en los minutos finales del primer período gracias a dos exclusiones consecutivas de Albert Rocas y Viran Morros.
Una diferencia que obligaba a España a dar un paso al frente en la segunda mitad, en la que los de Manolo Cadenas recuperaron la efectividad goleadora, tal y como demuestran los seis goles, dos menos que en todo el primer tiempo, que firmaron en seis minutos de la reanudación.
El duelo no se decantó a favor del conjunto español hasta que no apareció en escena el pivote Julen Aginagalde, que no recibió su primer balón hasta falta de menos de siete minutos para la finalización. Lujo que no puede permitirse la selección, como demostraron los dos goles y la exclusión que el pivote logró las dos primeras veces que España se decidió a jugar con él.