Adiós a la liga

Adiós a la liga
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No pudo ser. El Depor ABANCA falló en el día más importante de la temporada. Cayó contra el Real Oviedo, nuevo líder del grupo 1 de Segunda División, y perdió casi todas sus opciones de luchar por el título de liga y el ‘playoff’ de ascenso. Los dos puntos de desventaja se antojan prácticamente definitivos a falta de tres jornadas para cerrar el campeonato. Los nervios le jugaron una mala pasada al equipo blanquiazul. Y dos errores defensivos le dieron la victoria a un rival que pareció más hecho y reposado.
El fútbol se puede resumir en cuatro aspectos: técnico, táctico, físico y mental. Ayer el Oviedo fue mejor en todos. Vigente campeón, es un equipo con experiencia en Primera y en decenas de partidos de máxima exigencia. El factor ambiental no le pesó a sus chicas. No necesitó el control total del juego ni generar ocasiones claras. Tiró dos veces entre los tres palos y las dos acabaron en la red. Isina, bigoleadora, fue la gran protagonista sobre el papel. En el campo mandaron Pecas y Henar, que ganaron la partida a las jugonas Teresa y Lía.


Manu Sánchez, fiel a su estilo, arriesgó con un sistema muy ofensivo, el 1-3-6-1 que más ha repetido durante la temporada. Formaron Malena, bajo palos, custodiada por las centrales Mérida, Miriam y Raquel, las dos últimas señaladas por sus errores en el primer y segundo tanto visitantes; dos carrileras, Cris, incombustible en la primera mitad, y Peke, que estrelló la mejor ocasión del Depor al larguero; el doble pivote formado por Iris y Teresa, ambas lejos de su mejor versión; las mediapuntas Lía, inofensiva, y Kika, con chispa pero sustituida; y Gaby, referencia arriba, poco participativa.


El plan de Manu era salir a por todas, no especular y en los primeros minutos pareció lo contrario. El  Oviedo se hizo con el balón y evidenció una facilidad pasmosa para circular la pelota. El Depor no sufrió, pero tampoco combinó y se quitó la bola de encima más veces de lo que acostumbra. Las blanquiazules se sacudieron de un dubitativo inicio y pisaron campo contrario para avisar con dos lanzamientos de falta directa de Teresa, los dos por encima del larguero.

Llegaron los mejores minutos del equipo coruñés, que protagonizó dos llegadas muy claras. La primera, en una combinación de Peke con Gaby, que cedió atrás para la incorporación de Cris y remató algo forzada, con potencia pero sin control. La segunda, en un servicio de primeras de la propia Cris que Kika, prácticamente sola dentro del área, culminó fuera, sin éxito.

Jarro de agua fría
Cuando más enchufado parecía el cuadro blanquiazul llegó el 0-1, un jarro de agua fría, la jugada que cambió el sino del partido. Lía, gris durante los 90 minutos, cometió una pérdida innecesaria en campo propio, el balón acabó en las botas de Yoli, que buscó el espacio a la espalda de Raquel. Allí estaba Isina, que advirtió la salida en falso de Malena para definir de vaselina.

Se cumplía la media hora con el peor escenario posible para el deportivismo. Acusó el golpe un equipo que no volvió a inquietar hasta el descanso y la primera mitad terminó como si nada. El Oviedo creció en su propuesta, de tímido control y solidez de mediocampo para atrás. Las caras de las blanquiazules tras el pitido del árbitro reflejaban decepción y cierta impotencia. 
Manu varió el planteamiento tras el paso por los vestuarios por un 1-4-2-3-1 más convencional en el que Lía pasó a ocupar el perfil derecho del ataque. Por allí, la banda de Seila, es por donde más sufrió el Oviedo, aunque el Depor no lo supo explotar.

Ni el cambio de sistema  ni la entrada de Nuria por Kika –la mejor jugadora blanquiazul dejó el campo por decisión técnica– mudó las sensaciones del último cuarto de hora de juego en la primera mitad. El Depor tuvo más el balón, pero no encontró cómo generar peligro. Teresa erró más pases que en toda la temporada, Lía se enredó y Nuria no llegó a ejercer de revulsiva. Ni siquiera en el balón parado, una de sus armas principales para hacer gol, inquietaron las locales.
Si el partido varió de rumbo con el 0-1, pudo mutar con la mejor ocasión deportivista: un derechazo de Peke que se estrelló en el larguero y botó sobre la línea de gol. La grada se levantó para celebrar el empate que nunca llegó. Solo tres minutos después llegó la sentencia. Miriam realizó un mal control en el círculo central e Isina, muy viva, aprovechó el regalo, enfiló portería y se plantó en el área para definir cruzado en el mano a mano con Malena.
Michelle, último fichaje blanquiazul y que acababa de entrar en el campo, trató de animar a sus compañeras. Teresa llevaba minutos desconectada y castigada por unos calambres; con el segundo gol se hundió sobre el césped. 


Fue la capitulación de un Depor que no tuvo nada que ver con el equipo alegre y goleador de cada domingo. La  dimensión del partido más importante de la campaña pudo con unas chicas que se despiden, prácticamente, de su objetivo. Una temporada completa resumida en noventa minutos para olvidar. 
Es la historia del fútbol en general y de la Segunda femenina en particular. Quizá sea injusto, pero el cuerpo técnico y las jugadoras ya sabían a lo que se enfrentaban. El campeón Oviedo le ha vuelto a ganar la partida y la diferencia de dos puntos se puede considerar definitiva viendo la trayectoria del nuevo líder (22 victorias y una sola derrota, en la primera vuelta contra el Depor). Adiós a la liga. ¿Y ahora qué?

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