11º-16º
martes | 16 abril | 2024
Diego López, titular para José Mourinho en el Real Madrid, aguantó con pulso firme su duelo particular con Iker Casillas, que después de 72 días ausente de las convocatorias por una lesión se sentó en el banquillo para ver el encuentro que ganó el conjunto blanco 5-1 al Levante.
Por primera vez desde que Casillas se fracturó en Valencia la base del primer metacarpiano de la mano izquierda, los dos porteros coincidían en la lista de los 18 elegidos por el técnico portugués para un partido. Pese a que el capitán madridista contaba con el alta médica para ser citado en anteriores compromisos, como el del Galatasaray, el luso prefirió esperar para llamar al guardameta blanco.
En todo el tiempo en el que Casillas ha estado fuera de juego, el desencuentro entre ambos ha tenido un invitado inesperado. Si se seguían las teorías de Mourinho, Antonio Adán, que sentó en el banquillo a Casillas cuando estaba sano, tendría que haber jugado mientras se recuperaba de la lesión. Sin embargo, el club fichó a Diego López y, desde su llegada, Adán ha desaparecido.
Diego López apareció para no defraudar. Sus actuaciones en los nueve encuentros de Liga, dos de Copa y tres de Liga de Campeones que ha disputado, han sido excelentes pese al debate que afloraba a su alrededor. Desde el silencio y desde el trabajo, el fichaje merengue se ha hecho con un hueco en el once.
Esta semana cortó de raíz la falta de imbatibilidad que hacía daño a la portería del Real Madrid. Contra el Galatasaray, dejó su meta a cero después de siete partidos sin conseguirlo. Ese dato daba alas a todos aquellos que deseaban la vuelta inmediata de Casillas.
Con el capitán en el banquillo, la visita del Levante parecía que podía imprimir tensión a Diego López, que salió totalmente indemne de la presión a la que era sometido con la presencia de todo un campeón del mundo junto a los suplentes y esperando su oportunidad.
Ayudó la escasez de oportunidades del cuadro de Juan Ignacio Martínez, que apenas rondó el área que defendía el portero del Real Madrid. En la primera que tuvo, y casi la única peligrosa de todo el duelo, Diego López apareció para dar un puñetazo encima de la mesa.
En los primeros minutos del duelo tuvo que emplearse a fondo para estirarse y despejar un lanzamiento de Robert Acquafresca que salvó con problemas. Fue su momento. Un sector del público del Bernabéu coreó su nombre para reconocer todo el trabajo que ha hecho mientras Casillas estaba de baja.
Sólo tembló durante unos segundos, a diez minutos del final, cuando midió mal en una salida que a punto estuvo de costarle un susto a su equipo. Al final no pasó nada y salió fortalecido de un pulso deportivo en el que, de momento, es el vencedor a ojos de José Mourinho.
