Reportaje | Un dream team de músicos y cantantes harán revivir a Aretha Franklin

Sara Lorenzo se subió al coche ese día con el subidón propio que da grabar con otras voces amigas. En el aparato sonaba Aretha Franklin y aunque ya la versionó alguna vez dentro de un repertorio de muchos, pensó cómo sería esa sensación que estaba viviendo si tomara todos sus grandes hits de prestado. Lo siguiente fue comentárselo a Ángeles Dorrio. Ya no había vuelta atrás. Las dos comenzaron a construir un dream team, que llevó tiempo porque querían que tocaran los mejores y para cuando los juntaron, la gran artista dejó de respirar. 

Entonces, llegaron todo tipo de tributos a la reina del soul, mientras que el once titular entrenaba a puerta cerrada. El viernes 22, a las 22.30 horas, se verá el resultado en el Garufa Club. La entrada costará diez euros en la taquilla. Al campo saltarán Noelia Santos, como cantante principal, juntos a las coristas Irene Añón, Ángeles Dorrio y la propia Sara. Pablo Añón, Santi González y Nicolau Rodríguez serán los vientos que arroparán a un piano llamado Iago Mouriño. Alejandro Artalejo le pondrá cuerdas al asunto con su guitarra y el bajista Octavio Vargas. El equipo lo completará Samuel Pérez a la batería. 

Sara explica que su tributo sale de sumar rigor y calma. No se desviarán de la línea e interpretarán sus temas fieles a cómo sonaron antaño, tanto que hasta las coristas se moverán al ritmo que marque la música, siguiendo los pasos de las que acompañaban a Aretha y metiendo otros, inspiradas en una época más contemporánea de Tina Turner y compañía. “Las coristas bailaban, pero muchas veces no era posible sacar las coreografías enteras”. Así que las tres repescaron elementos de la época y los pusieron a guisar con gestos más actuales en una puesta en escena donde está invitada la lentejuela: “El vestuario va también en el estilo de entonces”. Sara Lorenzo reconoce que hubo mucho trabajo para poner a rodar el repertorio más conocido, “los temas soul con funky, que animarán más al baile con algún baladón y blues más recogido e íntimo”. En esta ensalada estarán los que no dieron tantas vueltas al mundo,  “todos temazos”, interpretados por un once de talentos afincados en la ciudad. 

A la pregunta de porqué Aretha, Sara lo tiene claro. Para ella y todos los que subirán al estrado al tiempo es un referente: “Sé que no descubro la pólvora, pero a mí fue la que más me marcó, de las mejores y más brillantes y auténticas en el escenario”, de pie o sentada al piano, porque más allá del gesto que quieren perpetuar los profesores en los talents shows, la cantante asegura que su magia, la magia de Aretha estaba en ser supernatural, “cantaba sin artificio y vocalmente era impresionante”. Llevan casi un año fabricando un concierto único, que no es más que el fruto de una ecuación, la que Sara barruntó en su cabeza aquel día: “Qué feliz sería yo cantando estos coros”.