Re-sucitando, re-distribuyendo y re-ordenando las letras muertas en San Andrés

Re-sucitando,  re-distribuyendo y  re-ordenando las letras muertas en San Andrés
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Reciclan y redistribuyen y cuando el cliente marcha, le dan las “regracias” porque se trata de activar las letras que están muertas, de sacarlas del trastero y auparlas a la estantería del salón. Javier Pereira pilota un proyecto nuevo en la ciudad. En el 52 de la calle de San Andrés, la literatura tiene casa. Re-Read lleva tres meses abierto desde que el joven pensó que no había mejor negocio para invertir sus ahorros que alargar la vida a volúmenes olvidados o que de no estar, acabarían en Bens sepultados. En el local le dan una segunda vida y para asegurarles un nuevo hogar, los venden a precios populares. Así que los coruñeses pueden hacerse con un tomo por tres euros; si llevan dos, les sale a cinco euros y en el caso de encapricharse de cinco, desembolsarán diez euros. A partir del quinto, “son todos a dos. Te puedes ir de aquí con diez por 20 euros” y a diferencia de las librerías que trabajan con género usado, en Re-Read está todo clasificado por materias y autores. 

El curioso no se mueve entre el caos. Puede ir a tiro fijo y de la narrativa, pasa sin sobresaltos a la novela negra o a los libros de viajes. Pereira compra libros a particulares, “lo que nos ofrecen lo seleccionamos y hacemos una segunda selección, que es lo que exponemos al público”. A la hora de adquirir ejemplares, atienden a todas las razas y condiciones a no ser que el libro tenga un valor extraordinario. Entonces, el experto les recomienda que contacten con profesionales de ese ámbito. El suyo se limita a la literatura de consumo. Si el volumen es elevado, va Mahoma a la montaña, esto es, Pereira acude al domicilio y les lleva la mercancía: “Eso lo hacemos generalmente dos o tres veces por semana”. 

Comenta que hay gente que contacta directamente con ellos y los que lo hacen porque le hablaron de esta opción. En todo caso, asegura que muchos se mueven por el hecho de que no pueden cargar con tanta novela a la hora de mudarse o no tienen espacio: “Las personas están cada vez más abiertas a desprenderse de los objetos materiales”. Se dan cuenta de que no tiene sentido acumular libros y libros cuando no se va a hacer uso de ellos. 

Además, las bibliotecas públicas y las universidades tampoco se pueden hacer cargo: “Imagínate que un centro tiene que hacerse con 300 ejemplares de ‘La Colmena’”. Re-Read es una alternativa. Los redistribuye para beneficio del intelecto y el conocimiento. De otra manera, están condenados a pasar el resto de sus días muertos de asco. Los lectores responden porque las cifras hablan de una subida del hábito a la lectura, sobre todo, en generaciones jóvenes y en mujeres, “que siguen siendo las grandes consumidoras de literatura”. Por ahora no les conoce mucha gente, pero ya tienen clientes habituales. Los hay que se pasan todos los días a peinar las incorporaciones.

Re-sucitando, re-distribuyendo y re-ordenando las letras muertas en San Andrés

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