Jugando al “cadáver exquisito” de la interpretación

Jugando al “cadáver exquisito” de la interpretación
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Oswaldo Digón, Marcos Pereiro, Marita Martínez y Lucía Veiga le lanzan a los espectadores un reto. Ellos eligen tres escenas de película conocida o inventada, de tres estilos diferentes y le ponen título al asunto. El resultado será un ejercicio de improvisación a priori y a posteriori, dice Oswaldo, también in situ porque “Toma Única” se irá construyendo sobre la marcha. El primer experimento será este sábado a las 20.00 horas en Afundación, pero la improvisación no se acotará a una sola tarde. Caminará libre en otras funciones el  12 abril, el 1 y el 29 de junio. Espontánea como la vida misma, el artista explica que algo así requiere una preparación actoral de atención y de escucha, “de actitud narrativa” y, al final, lo que saldrá de paseo es toda una carrera puesta al servicio de la interpretación sin pautas, donde “hay que estar atento a muchas cosas y darle importancia según lo que pasa”. 

Y es que Digón señala que cuando se abre un melón hay que trabajarlo. Eso lo que llevan ensayando este tiempo porque “cuentes la historia que cuentes, tiene que resultar interesante y en tono de comedia máximo”. De este modo, pisarán el terreno cinematográfico para representar tres cortos, elegidos por la cuarta pared que tendrá la cartelera entera a su disposición: “Es lo que nos pone”. Al final de la partida, el público escogerá el mejor y “ya decidiremos si le entregamos un premio o no”. Así que si ellos tienen hambre de pelis tipo Tarantino lo tendrán. Los cuatros serán mafiosos o personajes de terror, con todos los subgéneros que este encierra para convertirlo en risas porque “comedias van a ser todos”. Del drama se sacará también tajada: “Siempre dije que ‘Cuarto milenio’ es el programa más cómico de la tele”. Todo se dejará en manos del azar. 

Digón, Marcos Pereiro, Marita Martínez y Lucía Veiga se limitarán a pedirle a los que tienen enfrente un sustantivo y un adjetivo, por ejemplo “el árbol fantasioso”,  y como una especie de “cadáver exquisito” pero de interpretación, harán salir al protagonista y al antagonista, y al hilo conductor de una pieza, que va con música e imágenes, que se proyectarán en directo según cómo vaya derivando la historia.

Y de ahí, ya se verá. Lo que sí sabe Digón es que se lo pasarán muy bien. La clave es que los cuatro que son amigos y compañeros, a la vez, escuchen y acepten lo que está en escena, “tengan esa generosidad presente de no imponerse”, porque la estructura escénica la tienen clara desde hace tiempo: “No se puede decir lo primero que nos venga, con sentido y lo añadido”. Eso, dice, también le pone.

Jugando al “cadáver exquisito” de la interpretación

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