De director a distribuidor y promotor de su primera película sobre los percebeiros

De director a distribuidor y promotor de su primera película sobre los percebeiros
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Iba para cortometraje, pero fue creciendo solo hasta hacerse largo y documental de una realidad, la del percebeiro, que es un símbolo en la cinta de todo lo que se hace con las manos en Galicia y que va a contracorriente de la tendencia europea, donde los productos se procesan. 

Aquí no y Manuel Lógar, pensó que el tema daría juego y lo eligió de proyecto en la escuela superior de cine Escac, de Barcelona. “Entre la ola y la roca” es belleza lírica con mensaje. Reflexión en alto y contraste, el que ofrece un paisaje morteño donde el mar contagia de bravura a sus gentes. La mayoría sin poder de decisión, salen a faenar. Lógar quiso retratar su situación, pero también la relación de amor y odio que tienen con el que bate fuerte. 

Colocó el trípode en Muxía y esperó a la primera marea. Allí se encontró con Benito, un andaluz  que se enamoró de Galicia y que tiene miedo de que se privatice su profesión, que se le asigne un sueldo y trabaje para una empresa privada. 

Y es que pese a todo, de momento los percebeiros tienen libertad. A Félix lo vio trabajar mano a mano con su mujer, que es de las pocas buceadoras de la zona. Moncho le habló como presidente del colectivo y Nacho como capitán de la cofradía y entre todos completaron un puzzle que se podrá ver desde el viernes en Los Cantones Cines: “En Europa no acaban de entender que el modelo es artesanal y “muchas de las medidas que se imponen atendiendo a premisas medioambientales son negativas hasta para eso”. 

Explica el director que no se tiene en cuenta la dificultad para pescar y la cantidad, que es distinta a lo que se captura en los países nórdicos. Las leyes no se adaptan a las características autoctónas y que el mar enseñe sus garras todos los días solo lo saben los que van y lo ven de frente. Lógar fabricó así una criatura que sigue la línea de cine de autor. En su balanza, puso a un lado la poética y al otro, el trato social. Y de telón de fondo, un paisaje que es bonito, pero que habla del paso del hombre. 

No elimina los tendidos eléctricos del plano porque Muxía es un lugar de extremos: “El punto de confluencia somos nosotros”. “Entre la ola y la roca” ya se pasó en China y Alaska, llegó a Buenos Aires y para cuando aterrizó en casa, Lógar se topó con trabas. Las pusieron las firmas de distribución: “Estaban más reticentes” así que con 26 años, autodistribuyó su propia cinta. Él y su compañero de baile, David Schonwald. Se llaman Escac Films y Schonwald and Lógar. Para las labores de distribución son Cormorán Cinema. Ambos contactaron con las salas de toda Galicia y el 22 se estrena en su ciudad. Este pasado fin de semana él mismo estuvo pegando carteles por los pubs de la ciudad. Es su primera película, pero vendrán más.

De director a distribuidor y promotor de su primera película sobre los percebeiros

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