Amigos, y al mismo tiempo desconocidos, en una función en la que el espectador elige a que prestar atención

Amigos, y al mismo tiempo desconocidos, en una función en la que el espectador elige a que prestar atención
Un momento de la obra teatral “Perfectos desconocidos”

Lo que  en principio parece “una cena normal de un grupo de amigos que no tiene secretos” se acaba convirtiendo “en una sucesión de descubrimientos, sustos, disgustos y sorpresas” en una comedia “muy entretenida”.

Así explica la actriz Inge Martín, de una manera muy resumida, de qué trata “Perfectos Desconocidos”, una obra de teatro que presentarán al público coruñés el sábado en el teatro Colón.

Se trata de una adaptación de la película italiana del mismo nombre, que al mismo tiempo adaptó también el cineasta Alex de la Iglesia. “Es otra cosa”, señala Martín, “es otro medio y para la gente es como ver una cosa completamente nueva”, añade la actriz.

La trama principal se basa en una cena de amigos en la que se plantea un juego, dejar que el resto vean y lean todas las notificaciones que les llegan a los móviles. “Durante los ensayos se planteó que los actores hicieran lo mismo que los personajes, y de entrada nadie tuvo ningún problema”, relata Martín, pero “en realidad recibes muchos más mensajes de los que crees y, a veces, son cosas que no necesariamente estás queriendo compartir, con lo cual, sin tener nada oscuro o secreto, puede que no sea lo ideal”, añade la artista entre risas, al recordar el experimento.    

La adaptación de “Perfectos Desconocidos” ocurre bajo la dirección de Daniel Guzmán, quien, tal y como explica Martín, realiza un trabajo “muy intuitivo” y ensalza su “ojo clínico” para entender las labores de los actores. “Es un trabajo muy audiovisual, en cierto sentido, poco teatral, además la obra es ideal para ello”, detalla.

“La función está muy bien movida en todo momento”, indica la actriz, “tienes un montón de focos a los que mirar porque hay tantos personajes a la vez que puedes ver lo que está pasando en distintos lugares del piso donde transcurre, al mismo tiempo”, añade. “El público es su propio director, porque elige a donde mirar”, sentencia.

Trayectoria

La de Martín es una trayectoria ligada al mundo de la actuación. Explica que, desde que salió de la escuela de interpretación, lo hizo trabajando, ya con papeles protagonistas, reconocidos por la amplia mayoría del público.

Uno de sus primeros papeles en el mundo de la interpretación fue Julieta, pero incluso antes “ya había hecho una Melibea, que es otra protagonista clásica”. “Y de ahí salté a Julieta, salí de la escuela con papeles difíciles”, dice Martín sobre sus inicios.

 A pesar de haber interpretado papeles de importancia desde un primer momento, en cuanto se le plantea un papel soñado contesta sin pensarlo: “Ufff, yo quiero hacer una Hedda Gabler de Ibsen, sin duda”, reconoce entre risas.

Amigos, y al mismo tiempo desconocidos, en una función en la que el espectador elige a que prestar atención

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