11º-14º
jueves | 25 abril | 2024
El sonido del arrastrar de centenares de pies sobre la acera y los gruñidos de ultratumba anunciaban la llegada de los muertos vivientes que se pasearib al caer el sol por el centro de la ciudad reclamando sangre.
Su desfile, desde la plaza de Lugo hasta la de Azcárraga, fue toda una celebración, encabezada por un gaiteiro del más allá, que arrancó la primera ovación entre sus compañeros no muertos con el himno gallego para seguir con un repertorio de clásicos de la tierra.
Los más pequeños eran los más ansiosos por llevarse algo de carne fresca a la boca y al grito de “sangre” corrían hacia los coruñeses que paseaban por la zona. Una de las primeras víctimas fue un conductor de autobús que, obligado a detenerse, se vio rodeado de cuerpos putrefactos que sonreían a las cámaras con su trofeo. Las caras de verdadero pavor y los chillidos de más de uno al encontrarse con el espectáculo fue el premio de los chavales que participaban en la Zombiewalk por primera vez y piensan repetir. Muchos con sus padres; familias enteras de harapos, pústulas y órganos colgando que bailaban de la mano en la plaza de María Pita.
Y como de divertirse se trataba, tan pronto hacían los coros al grupo Escuchando Elefantes que tocaba en directo ante el teatro Rosalía, como compartían mesa con quienes disfrutaban del buen tiempo en una terraza.
Por las manos de los maquilladores del festival Freakemacine pasó más de un centenar de personas, al que se unieron otras tantas ya caracterizadas y un buen número sin disfrazar a medida que avanzaba la marcha.El fin del desfile, con los conciertos de Fogbound y Thee Boas fue el aperitivo de la gran fiesta final en los pubs de la Ciudad Vieja.
Hasta el encuentro del próximo año, que promete más no muertos deambulando por las calles.
