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viernes | 19 abril | 2024
La Xunta de Galicia autorizó a Unión Fenosa la puesta en servicio del retranqueo de media tensión del parque Ofimático y la línea de media tensión soterrada, actuación indispensable para que las viviendas de este polígono cuenten con las licencias de primera ocupación.
Estas líneas salen de la subestación de Eirís y entran en la nueva urbanización, para la que también autorizó los centros de transformación.
Este permiso llega una semana después de que la consellería de Infraestruturas e Vivenda, Ethel Vázquez, se comprometiese a agilizar los trámites correspondientes a la Xunta en la reunión mantenida el pasado 11 de mayo con las cooperativas de viviendas, el Gobierno local, Gestur y promotores privados.
Desde la Administración autonómica indican que una vez que han cumplido con este trámite con Unión Fenosa, el siguiente paso lo debe dar el Gobierno municipal concediendo las licencias de primera ocupación de las viviendas protegidas construidas por cooperativas en el parque Ofimático.
La Xunta recuerda que los cooperativistas de este polígono “levan meses agardando polas licencias e asistindo aos continuos incumprimentos por parte do Concello dos compromisos acadas no verán de 2016”.
En la reunión del pasado 11 de mayo, la conselleira Ethel Vázquez requirió al Ayuntamiento “un compromiso do mesmo coa continuación da urbanización do Ofimático, que se plasmaría nunha addenda ao convenio asinado en 2016 e no que deberá constar a folla de ruta a seguir e os prazos”.
En relación a ello, aseguran que el Gobierno local todavía no respondió a esta exigencia que tiene como objetivo evitar que la corporación municipal “continúe incumprindo os prazos establecidos”.
Viviendas sociales
Además de la concesión de esta autorización a la empresa eléctrica, la Xunta explica que entre sus planes figura la intenciónd e adjudicar en el próximo mes de junio la construcción de un edificio de 40 viviendas de promoción pública en el parque Ofimático.
Así, indican que todavía no cuentan con la pertinente licencia por parte del Gobierno local después de que tuviesen que volver a elaborar el proyecto ya que la primera propuesta fue rechazada desde María Pita.
Después de nueve meses de espera, la Xunta se encontró con la negativa del Ayuntamiento a su proyecto por diferencias sobre unos trasteros, lo que obligó a la Administración autonómica a modificar algunos aspectos para satisfacer los requisitos del Gobierno local.
