Los vecinos del Orzán piden una ley que acabe con el botellón en las calles

Los vecinos del Orzán piden una ley que acabe con el botellón en las calles
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Los vecinos de la asociación de Ensenada de Orzán están tratando de que los partidos políticos que se presentan a las próximas elecciones municipales incorporen a su programa una nueva ley antibotellón. Pero no está siendo fácil. “Ya nos hemos reunido con varios. Lo que nos han dicho es que van a estudiarlo”, comenta José Luis Méndez, el presidente en funciones de la entidad. Para él, como para muchos de sus vecinos, es la única forma de conseguir que los jóvenes que cada fin de semana se reúnen en sus calles para consumir alcohol respeten el descanso de los vecinos que, según calcula el propio Méndez, se cuentan por miles.

La polémica del botellón ha permanecido dormida en los últimos años, después de que se trasladara a los jardines de Méndez Núñez, donde los únicos problemas que genera son los debidos a la acumulación de basura, que obliga a mantener un servicio especial de recogida, y a los daños en el mobiliario urbano (de forma más evidente, el reloj floral, que es objeto de periódicos actos vandálicos). Sin embargo, ya hace bastante tiempo que se trasladó a la calle Vista, una estrecha vía peatonal paralela entre la calle Orzán y la de San Andrés, donde los jóvenes universitarios consumen alcohol en la calle agolpados en torno a las puertas de unos pocos locales. 
 

Política continuista
La falta de empatía política ante este problema decepciona a Méndez: “Ninguno se ha pronunciado. Todos están de acuerdo es que es un ‘tema que hay que mirar’. Pero no he visto que ninguno de ellos esté dispuesto a coger el toro por los cuernos”. En cambio, en otras ciudades sí se ha hecho. Santiago, por ejemplo, cuenta desde hace años con una ordenanza. “En Santiago, si tú te reúnes con una bebida en una esquina una plaza viene un policía local y te pide que te marches”, asegura. Ni el PSOE ni el PP se han mostrado a favor de adoptar esta medida, y la Marea Atlántica ha mantenido esta línea continuista cuando hace menos de dos años, en octubre de 2017, cuando la polémica sobre Méndez Núñez resurgió. 

“El botellón es un fenómeno universitario, va a seguir mientras haya universidad”, opinan fuentes municipales. Un claro indicio de cómo enfoca el Gobierno de Xulio Ferreiro la polémica es que la pone en manos, no de la Concejalía de Seguridad Ciudadana, sino en las de la Juventud y Participación Ciudadana, cuya responsable, Claudia Delso, señaló en una ocasión que hay que evitar el “alarmismo”. Ella considera que  “vai seguir habendo botellón. Haberá que regulalo e que seguir traballando para que non sexa a única maneira de divertirse”. Es decir, que su política pasa por ofrecer a los jóvenes alternativas al alcohol y a la fiesta con programas como Nocturnia, a pesar de que el éxito de estas iniciativas ha sido discreto. 

Lo que les quita el sueño 
Para Méndez está clara la razón de la falta de empatía que demuestran los políticos: “Su sensibilidad se define por la capacidad de un problema para atraer votos.  Si este problema no se resuelve en A Coruña es porque no le ven resultado en votos. Y eso que son un montón de votos los que lo están padeciendo por la falta de sueño”. 
Según él, son miles de vecinos los afectados. No solo en la calle Vista, sino en el Orzán, en la Perillana, en la Cormelana, y en algunas zonas de la Ciudad Vieja y el Orzán, pero, sin duda, el peor  punto de la ciudad es esa calle que va desde la plaza de Pontevedra a Bellas Artes.

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