Los vecinos del Orzán denuncian que el 62% de los locales de hostelería de su barrio son perjudiciales

Los vecinos del Orzán denuncian que el 62% de los locales de hostelería de su barrio son perjudiciales
Las calles del Socorro y Sol son señaladas como puntos de peleas y trapicheo de drogas

Los vecinos del Orzán están hartos de sufrir las consecuencias del ocio nocturno y para poner de relieve el problema que sufren ayer presentaron un pormenorizado informe en el que explica la situación en la que viven y que arroja el resultado de que el 62% de los locales de hostelería que se ubican en sus calles son perjudiciales por el ruido y las molestias que generan para los residentes. Son cincuenta negocios en total y la asociación considera que es el Ayuntamiento el que debe afrontar el problema con medidas como impedir que la gente beba en la calle: “Nosotros decimos, después de 30 años, ¡basta ya!”.

“En cualquier lugar siempre podemos contar con cuatro locales rodeándonos en un radio de veinte metros”, calculan. Reconocen que no todo el ocio es nocivo, pero insisten en que  existe un problema . “Hay mucha gente que se pone tapones en los oídos, que toma pastillas o que se ha ido porque no puede dormir por las noches, o que traslada el dormitorio a los pasillos”, dicen.

Se trata del mismo informe que presentaron a la alcaldesa, Inés Rey, sin resultado: “Queremos hacer visible un problema ignorado por los políticos”. El barrio del Orzán es pequeño. Enclavado entre la playa y la calle de San Andrés, tiene una superficie de diez hectáreas. Así que los vecinos han catalogado a todos los locales de hostelería del barrio, en función de las denuncias presentadas y las quejas que recibe la asociación y las han dividido en cuatro clases: óptimos para el desarrollo del barrio y que no causan ningún problema (17), los locales aceptables con los que se han convivido siempre pero causan molestias (14), los problemáticos, que molestan de manera importante a número vecinos (22) y los locales conflictivos (23). A esto hay que añadir los puntos negros, sobre todo afterhours, que son cinco, que los vecinos señalan como los polos de generación de violencia y molestias.

 

Dos zonas diferentes

Pese a su pequeño tamaño, los vecinos diferencian dos zonas bien diferenciadas en lo que se refiere al ocio nocturno. “No es lo mismo lo que ocurre en la calle del Socorro que lo que ocurre en la Cormelana. En el de calle del Socorro y calle Sol está presente el problema de los afterhours. Genera una clientela que conlleva agresiones, robos y narcotráfico. “Siempre hay alguien en el entorno de la calle del Socorro dispuesto a vender cocaína”, asegura un vecino. Allí se encuentran también los locales más problemáticos de todos, los afterhours, que abren bajo licencia de cafetería: “Deberían abrir a las seis de la mañana, pero lo hacen un poco antes, para poder recoger a la gente que sale de los pubs, y deberían cerrar a las cuatro pero cierran un poco después”. El resultado es que sus clientes siguen de juerga durante toda la mañana y en la calle se suceden peleas entre gente “en un estado lamentable”, lo que genera miedo entre los vecinos.

Pero el entorno de la Cormelana es totalmente distinto. Allí lo que se encuentran son locales muy pequeños, que se abarrotan rápidamente, y que hacen uso de la calle como si fuera una extensión de su negocio. “Los más grandes tienen 60 metros cuadrados, así que es imposible dar de beber a 300 o 400 personas”, explicaron. Así que la actividad hostelera se desarrolla en las plazas. Allí el problema es el ruido que les quita el sueño.

Los vecinos del Orzán denuncian que el 62% de los locales de hostelería de su barrio son perjudiciales

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