Los vecinos de Eirís denuncian el incremento de los robos y los allanamientos en el barrio

Los vecinos de Eirís denuncian el incremento de los robos y 
los allanamientos en el barrio
El barrio de Eirís está compuesto en gran parte por viviendas unifamiliares javier alborés

Este mismo mes tuvo lugar un doble robo en Eirís de abajo, en una vivienda unifamiliar en la que el supuesto ladrón, un delincuente habitual coruñés con más de veinte antecedentes, saqueó por dos días consecutivos la misma casa, golpeó brutalmente a una mujer en la cabeza y apaleó a su mascota, una perra de la raza pastor holandés. A pesar de la gravedad del hecho, este no consigue sorprender al presidente de la asociación de vecinos de Eirís, Suso Prado, que denuncia la inseguridad en la que vive el barrio y asegura que los robos recurrentes a una misma propiedad se dan debido a la sensación de impunidad de los delincuentes.

“Non ves nunca un coche patrulla da Policía Local pasado o parque de Eirís, todos tuercen cara abaixo. De la Nacional, vemos alguno, pero moi poucos”, asegura el portavoz vecinal. Eso significa que todos los lugares de la zona (Lamadosa, Eirís de baajo, Eirís de Arriba, A Regueira...), formadas por un laberinto de viviendas unifamiliares alejadas del tráfico de peatones y vehículos, se convierten en el campo de trabajo de delincuentes comunes. “La Policía sabe quiénes son, os teñen controlados”, asegura Prado.

Pero que esos sujetos no sean unos desconocidos para las autoridades no significa que no tengan las manos libres. “Sobre, todo, pequenos roubos”, explica el presidente de los vecinos, que asegura conocer a un residente que ha sufrido robos hasta en cinco ocasiones hace unos meses. “Non sempre lle entraron na casa, a veces so saltaban o valado, e se levaban botellas de Coca-Cola ou cousas así”, reconoce. En otra vivienda, situada en el monte Mero, los dueños descubrieron que se les llevaron las ventanas y las puertas el verano pasado. “Desmantelaron todo”.

Personas mayores
No solo se trata de que Eirís sea un lugar alejado, de calles estrechas, con pocos vecinos, donde es muy difícil que nadie sea testigo de nada. Es que, además, muchos de los residentes son de edad avanzada, de manera que reaccionaban tarde y mal a la presencia de cualquier sospechoso. “Son xente que non se defende ben, nin sequera para chamar por teléfono”, reconoce Suso: “Algúns incluso puxeron alarma, co gasto que implica” .

Los robos no son los únicos problemas que tienen que afrontar los vecinos de Eirís, que tienen que convivir con okupas. “Algúns son de aquí, outros viñeron despois”, explica Suso, que recuerda que, en una ocasión, acudió acompañando a una afectada a la comisaría de la Policía Local: “Dixéronnos que non podían facer nada, que nos xuntaramos entre varios veciños e que os botáramos”.

Los vecinos de Eirís denuncian el incremento de los robos y los allanamientos en el barrio

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