Los vecinos de O Castrillón denuncian el robo de 13 rejas que cubrían la base de los árboles

Los árboles de la calle Castrillón aparecieron estos días despojados de las rejas de hierro forjado que protegían sus bases, según denuncia la asociación de vecinos Castrillón-Urbanización Soto “IAR”.  En total, son varios cientos de kilos de metal, puesto que han desaparecido trece de las tapas de los árboles de una de las aceras. Según el presidente de la entidad, Domingo Verdini, la desaparición es obra de ladrones en busca de metal para revender, por lo que ha pedido al Ayuntamiento que denuncie el suceso a la Policía Nacional y reponga las rejas desaparecidas, que protegen la tierra de su base de la basura y la suciedad que suelen acumularse.
“Creemos que la robaron hace dos semanas, pero antes de denunciarlo quisimos asegurarnos de que no se los habían llevado los operarios del Ayuntamiento”, explicó Verdini, que cree que debieron hacerlo a altas horas de la noche porque no han conseguido localizar a ningún testigo. Por el momento, la denuncia ha llegado hasta la Concejalía de Infraestructuras, pero todavía no se ha dado aviso a la Policía Nacional, de manera que el robo todavía no ha sido investigado. No es la primera vez que desaparece metal de instalaciones municipales, sobre todo hierro y cobre, que alcanzan un alto precio en el mercado y que pueden ser reciclados en su totalidad por los chatarreros.
Normalmente, los ladrones suelen dañar las farolas para llevarse el cobre del cableado. Por ejemplo, docenas de luminarias de la Tercera Ronda fueron derribadas y sus cables saqueados antes de que esta vía fuera puesta en servicio, de manera que fue necesario reponerlas. Muchas obras de la ciudad, que permanecen paralizadas por el estallido de la burbuja inmobiliaria han recibido la visita de ladrones de metal, dispuestos a llevarse todo lo que no está clavado al suelo. Hace un año, la Policía Nacional detenía a un individuo que había conseguido colarse en el interior de los talleres municipales de la calle Newton, en A Grela. Para cuando fue descubierto, ya había conseguido reunir varios kilos de material, y no le quedó otro remedio que reconocer que estaba llevando un robo con fuerza.
 
inusual
Pero lo cierto es que la gran mayoría de los robos tienen lugar en el área metropolitana, donde las distancias son mayores y es más fácil retirar cables eléctricos y otros tendidos sin ser sorprendidos por los vecinos o por las autoridades, que a veces han tenido que adoptar soluciones tajantes, como rodear la base de las farolas de encofrados de hormigón. En cambio, en A Coruña es inusual. “Es la primera vez que algo así pasa en el barrio”, asegura Verdini.
Y fuentes de la Policía Nacional confirman que últimamente no ha habido actividad en esta clase de delitos, en parte porque los que traficaban con el metal ahora han cambiado de  actividad y que ahora ya no es delincuencial.