A veces es la cancha la que comete una falta

A veces es la cancha la que comete una falta

Las pistas deportivas municipales repartidas por la ciudad no atraviesan su mejor momento. La mayoría de ellas presenta importantes deficiencias, principalmente en el suelo, en muchos casos irregular o tan descuidado que llega a crecer hierba en algunos puntos. Además, ninguna de ellas es cubierta, lo que impide que se utilicen en los numerosos días de lluvia y las pintadas son una constante.
El principal problema de estos enclaves está en el suelo. En muchas de ellas el firme sobre el que se asientan no es el idóneo para practicar deportes como el fútbol sala o el baloncesto, en el que un buen bote del balón es esencial. Así, en Os Rosales se pueden ver y notar las secuelas de hogueras de San Juan que se hicieron sobre la cancha. En San Diego, en una “caja” con porterías y canastas de hace pocos años, el suelo está dividido entre una mitad de baldosas y otra de un material más adecuado, con las dificultades que esta variación comporta. 
En O Ventorrillo, una canasta se encuentra en un lugar en cuesta y las otras se asientan sobre una antigua pista de tenis y el cierre está muy dañado, además de necesitar ser reasfaltadas, lo mismo que sucede en la Sagrada Familia. Aquí hay cuatro canastas en uno de los fondos, muy cercanas unas con otras, mientras que en el otro fondo se han instalado mesas y bancos.
Además, en la calle Álvaro Cunqueiro, en Elviña, hay una canasta solitaria en una parcela en la que crecen hierbas en las uniones de cemento granulado, mientras que la que había en la avenida Pablo Picasso ya no existe. Además, en la plaza de Pontevedra recientemente se ha instalado una canasta, aunque la superficie tampoco se trata de la más idónea para practicar este deporte.

vandalismo
Otro problema que presentan casi la totalidad de estos lugares es el de actos vandálicos como las pintadas y redes o verjas rotas, que afean estos espacios deportivos, además de crear sensación de abandono.
A todo esto hay que añadir que ninguna es cubierta, lo que supone un riesgo en los numerosos días de lluvia que sufre A Coruña. Ante esto, la única alternativa es alquilar un polideportivo municipal o desplazarse hasta otros puntos fuera de la ciudad como Oleiros o Bastiagueiro, en los que sí que hay instalaciones con cubierta pero abiertas en los laterales.
En el extremo positivo aparecen la reciente pista de Os Mariñeiros, dedicada al fútbol sala, el campo de fútbol siete de hierba sintética de Novo Mesoiro, o la renovada cancha de baloncesto del parque Europa, que también había sufrido los efectos de hogueras y además cuenta con tableros normales, frente a los que presentaba antes que no eran rectilíneos.
Además, en Labañou, enfrente de las instalaciones de Padre Rubinos existen dos campos enteros de baloncesto en buen estado, mientras que justo al lado hay un campo de fútbol de tierra en el que algunas zonas están colonizadas por césped y las porterías no cuentan con redes, ya que las únicas que hay son las del cierre de la instalación y están rotas en algunos puntos.

A veces es la cancha la que comete una falta

Te puede interesar