Una redada en Penamoa lleva a juicio a cinco chabolistas por tráfico de drogas

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 a.b. > a coruña
  Julio de 2010 fue un mes fatídico para el asentamiento de Penamoa. La demolición de varias de las chabolas se vio reforzada por una “exitosa operación” de la Policía Nacional contra la venta de droga, cuyos resultados se expondrán la próxima semana ante el tribunal de la sección segunda de la Audiencia Provincial. Ante él declararán las cinco personas, parientes en algún caso, que residían en las dos viviendas que fueron objeto de registro en aquella intervención, en la que participó medio centenar de agentes y en la que, además de notables cantidades cocaína y heroína, se decomisaron armas, joyas, dinero y hasta 16 teléfonos móviles. Por la vinculación de todos esos efectos al tráfico de estupefacientes, las cinco personas que ocuparán el banquillo el miércoles que viene –dos mujeres y tres varones, uno de nacionalidad portuguesa– se enfrentan a peticiones de condena de cuatro años y medio de cárcel y multas de 22.000 euros, como responsables de un delito contra la salud pública.
Son, según informa la Fiscalía a través de su escrito de acusación, las personas que residían en dos chabolas muy próximas del poblado, y de las que la Policía Nacional tuvo conocimiento en el primer semestre del año pasado de que venían dedicándose a la comercialización de sustancias prohibidas.
Se estableció un dispositivo de vigilancia sobre las dos chabolas, producto del cual pudo comprobarse la “estrecha colaboración que existía entre los cinco inculpados”. Según describe el fiscal, se llevaban a cabo ventas indistintas y por turnos en ambas residencias en función de la disponibilidad de droga que en cada momento tenían, de manera que una mujer y su esposo se dedicaban de forma prioritaria a la venta a los consumidores, mientras que los padres de ella y un quinto implicado desarrollaban labores de vigilancia y orientación a los clientes sobre la caseta a la que acudir.

Autorización > Tras tener evidencias de una docena de intercambios de droga por dinero, el juzgado instructor autorizó a principios de julio la entrada y registro a las viviendas, que determinaría la detención de los cinco residentes. En la primera de ellas se decomisaron, según el informe del Ministerio Público, cuatro envoltorios con seis gramos de heroína y un molinillo con restos de la misma sustancia, mientras que en la segunda vivienda se requisó otro molinillo, un envoltorio con 78 gramos de cocaína, uno con 49 de heroína y más de 500 papelinas que contenían 10 gramos de heroína y 32 de cocaína.
En el cacheo a los sospechosos, que fueron sorprendidos en las chabolas en el momento del registro, le fueron incautadas a una de las acusadas 166 dosis de heroína y 55 de cocaína entre la ropa, además de 15 comprimidos de Trankimazín y cinco de metadona, mientras que otro llevaba encima una decena de envoltorios con las mismas sustancias.
En las chabolas también aparecieron 16 teléfonos móviles, algo más de 2.100 euros y joyas, entre ellas ocho anillos, tres gargantillas, diez pulseras y cuatro pendientes, que el fiscal vincula a los pagos a cambio de la droga. Además se requisaron utensilios para manipular los estupefacientes, sustancias de corte y armas: cuatro hachas, un cuchillo, una navaja, y un revólver de aire comprimido.
A ojos del fiscal, los acusados habrían obtenido de la venta de todas las sustancias intervenidas cerca de 11.000 euros. En consonancia, la multa que se les reclama es de 22.000 euros, el doble de esa cantidad, sustituible por 10 meses más de prisión en caso de impago.

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