Una pareja se enfrenta a 61 años de cárcel por asaltar ocho gasolineras de la comarca

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  a.b. > a coruña

 Una docena de robos a punta de pistola en menos de dos meses en gasolineras y locales comerciales de A Coruña y su comarca pueden costar penas superiores a los sesenta años de cárcel a las dos personas detenidas como principales implicadas en aquella ola de asaltos. El matrimonio y sus dos supuestos cómplices fueron detenidos a finales de diciembre de 2009, pocos días después del último de los atracos, el perpetrado en la estación de servicio de Carral, y llevan desde entonces en prisión preventiva. El 28 de noviembre serán conducidos ante la jueza de penal 2 para declarar por lo que el fiscal califica como 12 robos consumados con intimidación y uno en grado de tentativa, por los que se solicitan condenas que van desde los cinco hasta los 61 años y medio de reclusión.
Los encapuchados que la noche del 27 de diciembre de hace dos años encañonaron al trabajador de la gasolinera de Carral llevaban pasamontañas y usaban un arma de fogueo, del mismo modo que ocurrió en el resto de los establecimientos atacados. Los ladrones se llevaron, en aquel último golpe, un botín de 400 euros, y fueron detenidos dos días más tarde cuando entraban en su casa, de la misma localidad.
En el registro domiciliario, la Guardia Civil halló efectos procedentes de algunos de los robos que se venían sucediendo desde el 3 de octubre de aquel mismo año.
El primero de ellos, según refleja la Fiscalía en su escrito de acusación, fue el perpetrado en la gasolinera de O Corgo (A Laracha), donde un hombre armado y embozado se hizo con 600 euros de la recaudación tras apuntar con un arma a la empleada. Al día siguiente, una persona de similares características encañonaba a la trabajadora de la gasolinera de A Barcala, también a última hora, y se llevaba 480 euros.
El siguiente atraco se produciría cinco días más tarde en la estación de servicio de A Telva, en Cambre.  A las once de la noche, un hombre con pasamontañas intimidaba con un arma de fuego a las dos empleadas y conseguía llevarse cerca de mil euros, para luego huir en un coche que le esperaba en las inmediaciones.

Cámara > Ese robo sería captado por las cámaras de seguridad de la gasolinera, y las imágenes servirían a la Guardia Civil para avanzar en la investigación, lo que no evitó que  tres días después, el 12 de octubre, la banda volviera actuar, esta vez en A Coruña. Fue en la gasolinera de la avenida de Monelos, donde uno de los asaltantes volvió a hacer uso del pasamontañas y la pistola de fogueo para amedrentar a la empleada que atendía aquella noche y llevarse 768 euros.
El siguiente golpe se demoraría, según las conclusiones del Ministerio Fiscal, hasta el día 25 de ese mes, momento en que dos hombres se apropiaron de la recaudación de la gasolinera de Cecebre, después de exigir a la trabajadora todo el dinero. Cinco días más tarde, un único encapuchado hacía uso de una pistola para atracar la estación de servicio de Os Carballos, en Oroso, y llevarse consigo 300 euros.

Cambio de objetivo > El siguiente asalto, en Ordes, se registraría a los pocos días, el 3 de noviembre, aunque no en una estación de servicio, sino en una farmacia, de la que dos personas vestidas con pasamontañas se llevaron 100 euros tras exhibir una pistola a la farmacéutica.
Una semana más tarde sería una tienda de ropa de la calle de Ramón Cabanillas de Culleredo la que recibiría la visita de dos encapuchados, que también hicieron uso de una pistola para exigir la recaudación, 300 euros. El mismo procedimiento se repetiría, dos días después, en otra tienda de ropa de Culleredo, esta en la calle de Condes de Andrade, de donde los ladrones conseguirían robar cerca de 500 euros.
Las gasolineras volvieron a ser objetivo el 15 de noviembre, fecha en la que, según entiende el fiscal, tres de los acusados acudieron a la de O Parque, en Ordes, y se hicieron con 350 euros tras intimidar a la trabajadora del turno de noche. El 21 del mes siguiente sería una parafarmacia de la calle de Andrés Panvieiro de Culleredo la atracada y, seis días más tarde, los ladrones volverían a intentarlo en la gasolinera de A Barcala, aunque esta vez sin éxito. En esta ocasión, la penúltima, las empleadas sospecharon de unos supuestos clientes, los mismos que sería detenidos menos de una semana después en Carral.
El fiscal tiene indicios de que en todos los robos participaron uno o varios de los detenidos, bien como autores directos, bien haciendo labores de vigilancia o como conductores y destaca que dos de ellos tienen antecedentes por delitos similares.


 

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