Una habilidad reconocida por las propias víctimas

  La razón de que los dependientes impidieran a la mujer salir fue que nada más entrar la pareja, despertó sus sospechas. “Sabían que si la  dejaban salir no la volveríamos a ver”, aclara el propietario de la joyería el 15 de febrero, horas después de que los agentes del 091 se la llevaran a  esposada. Pero, a pesar de que los dependientes (ambos familiares del propietario) estaban atentos a cada maniobra que hacían los ahora condenados, y que el suyo es un modus operandi habitual en los hurtos a las joyerías, los testigos fueron incapaces de determinar como desapareció la gargantilla. “Si me preguntaran cómo lo hicieron, no sabría decirlo: esta gente son como magos barajando cartas”, explicó una admirada víctima.

Una habilidad reconocida por las propias víctimas

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