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miércoles | 24 abril | 2024
Un granjero y una intelectual urbanita. Un cóctel explosivo, una historia de amor imposible. Porque... ¿Qué puede hacer una mujer que disfruta leyendo filosofía en su sofá si se traslada a una granja?. “Pues cocinar croquetas, ordeñar vacas y hasta comprarse un mono de trabajo para intentar hacerlo lo mejor posible”. Así lo cuenta Maribel Verdú, protagonista, junto a Antonio Molero de “El tipo de la tumba de al lado”, que ayer se estrenó en el teatro Colón.
La pareja de actores desgranaron ayer los entresijos de esta obra, de la que el propio Molero advirtió de que “provoca grandes carcajadas”.
Con una puesta en escena nada convencional, “sin ningún elemento de atrezzo, en un escenario desnudo”, la pieza requiere del espectador un importante ejercicio de imaginación, explica el actor. Y es que, al tratarse de la adaptación de una novela, “es como estar leyendo un libro”, aclara.
Complicidad
Los dos protagonistas vuelven a coincidir en esta pieza teatral, dirigida por José María Pou, con la que están recorriendo los teatros españoles. Recién llegados de Granada, y con el próximo destino fijado en Las Palmas, la pareja recaló en el teatro Colón, donde ayer ofrecieron la primera función, y hoy representarán dos pases (19.30 y 21.30 horas).
La complicidad en este segundo trabajo juntos es algo que se evidencia sobre las tablas. “Todo eso se trasmite al patio de butacas, tanto lo bueno como lo malo. Si no te llevas bien con tu compañero de trabajo, sería insoportable”, comenta Verdú. Sin embargo, en su caso se produce todo lo contrario. Además de encontrarse muy a gusto trabajando juntos, los dos actores disfrutan en compañía del tiempo fuera del escenario. Durante su visita en A Coruña, lo harán disfrutando de la ciudad y su gastronomía. “Yo ya salivo solo de pensar en la empanada de vieiras”, comenta entre risas la actriz. De madre gallega, Verdú afirma sentirse muy vinculada a la esta ciudad, donde ha veraneado toda la vida y a la que afirma “amar”.
