Un punto de venta de droga que tiene indignados a los vecinos de Meicende

Pero si hay alguien que acogería con satisfacción el derribo de las casas de San José esos son los vecinos de Meicende. La mayor parte de los residentes en el núcleo arteixán llevan años denunciando los problemas que generan las viviendas, tanto a nivel de tráfico como de tipo social. Y es que en los últimos meses, y condicionado por el desmantelamiento de Penamoa, las casas de San José se han convertido en un punto de droga con un trasiego constante de gente que aumenta la inseguridad en la zona. “Esas casas ya tenían que haber sido derribadas hace tiempo, o por lo menos antes del desalojo de Penamoa, porque estaba claro que los chabolistas se iban a meter allí”, denuncia una de las portavoces de la asociación Meicende Alternativo. Recuerdan que en enero de este mismo año, la Policía Nacional realizó una redada en la que se detuvo a siete personas, aunque a los pocos días, la venta de droga continuaba. “Estamos cansados de avisar a los dos ayuntamientos, pero las casas siguen todas ocupadas y allí va gente todos los días por la cuneta con el riesgo de provocar un accidente”, señalan desde la entidad vecinal.

Los vecinos revelan que la falta de control ha propiciado, incluso, que varios okupas hiciesen pintadas e intentasen entrar en el pazo que se ubica al otro lado de la avenida. El inmueble, que es propiedad de un particular, data del siglo XVII y está catalogado como bien patrimonial, incluyendo la antigua capilla de San José. n d.g.

 

Un punto de venta de droga que tiene indignados a los vecinos de Meicende

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