10º-19º
viernes | 19 abril | 2024
Pasadas las seis de la tarde A Coruña comenzaba a envolverse de una intensa humareda que, desde lejos no se sabía muy bien de dónde venía. Sí lo ubicaban los vecinos de Feáns y Novo Mesoiro que sufrieron el primer foco de un incendio que acabó afectando a más de 20 hectáreas de los terminos municipales de A Coruña, Arteixo y Culleredo.
La primera alerta se recibía a las 17.35 horas y las llamas se concentraban entre el cementerio de Feáns y la urbanización Breogán. Por ello, acudían dos vehículos de los bomberos de la ciudad, pero poco tardaron en incorporarse otras brigadas al ver que los focos se iban multiplicando. Al menos tres se llegaron a contabilizar, por lo que se da por hecho que el fuego fue provocado.
Tiempo después se hablaba de cinco hectáreas quemadas de arboleda y se insistía en que no estaba afectando a las viviendas, pero el incendio iba a más y con ello la alarma vecinal. De hecho, la Policía, tanto Local como Nacional tuvo que intervenir para vigilar la seguridad de los residentes en la zona, aunque no fue necesario desalojar ninguna vivienda, según señalan desde el gobierno local.
Al poco tiempo ya se habían incorporado al operativo un gran número de todo tipo de medios autonómicos. Así, además de las cuatro unidades municipales, fueron necesarias otras cinco de la Xunta y tres agentes forestales. Se utilizaron cuatro motobombas y una pala para sofocarlas llamas, pero no fue suficiente y, además de los dos helicópteros que la Consellería de Medio Rural envió al poco de conocerse las dimensiones del incendio, se tuvo que recurrir también a dos hidroaviones.
Estos últimos llamaron también la atención de todos los bañistas que disfrutaban del día de playa. Y es que estas naves anfibias cogieron provisiones en distintos puntos, tanto en las aguas de la ciudad como de los arenales de la comarca, por ejemplo, en Bastiagueiro.
también el ministerio
Incluso el ministerio de Medio Ambiente decidió colaborar en la extinción. Uno de los aviones anfibio que se utilizaron en el proceso es el que tiene base en el aeropuerto de Santiago y que es propiedad del Estado, con capacidad para 5.500 litros de agua.
Pese al despliegue de medios de todas las administraciones se tardó hasta cuatro horas en dar por controlado el fuego que causó un gran revuelo porque las columnas de humo eran visibles desde toda la ciudad y se extendieron por distintas zonas.
Pese a ello, el Ayuntamiento asegura que en ningún momento se produjo ninguna situación de peligro. Y de hecho, la única petición de los agentes a los residentes en el entorno fue que cerrasen las ventanas de las viviendas para evitar que entrase el humo. Al lugar también se desplazó la Cruz Roja, pero no llegó a intervenir.
Las autoridades locales consideraron sofocado el incendio a las 21.30 horas, pero entonces el monte aún seguía ardiendo y el fuego se consideraba activo por la Xunta. Así siguió hasta bien entrada la noche.
De hecho, según informan desde del ejecutivo municipal, la idea era mantener un retén por el entorno hasta la mañana siguiente para evitar que el incendio se reavivase una vez extinguido, aunque no fueron los bomberos de A Coruña los que se encargaron de ello.
