Un espacio para nuevas y viejas joyas

Un espacio para nuevas y viejas joyas
El mar está presente en un museo que abre sus puertas a lo tradicional y lo contemporáneo raúl lópez

Seguramente el coruñés Julio Pujales nunca pensó que su obra respiraría de A Costa da Morte en una fundación que hoy recoge la mayor parte de sus piezas coloristas que bien o rozan la abstracción o se quedan en ella a vivir. Según el momento.

Encarnación Pisonero es la encargada de juntar las piezas de puzzle y encajarlas como patrona de un museo de arte contemporáneo en Corme, que es hijo de la Fundación Torre-Pujales. Para que el mar que bate con tanta fuerza en esta punta del Atlántico se nutra en la orilla de valores contemporáneos.

El centro contiene obras de nuevos talentos junto a Laxeiros y Colmeiros y dos plantas sobre Pujales

 

Es así como el espacio recibe a modo de residencia cada año a talentos que emergen en distintas partes de Europa –Rusia, Francia, Italia o Holanda– pero también de Estados Unidos y Argentina a cambio de que dejen su huella en forma de creación.

De esta forma, el edificio ha engordado sus fondos desde 2006 con lienzos y esculturas de artistas contemporáneos que ya despuntan en el mercado y que sirven para hacer una buena radiografía de cómo respira el mundo del arte.

En este sentido, buena parte de las obras se distribuyen desde el pasado 7 de abril entre las cuatro plantas del bloque, porque además de los Pujales, están los cuadros que el matrimonio fue adquiriendo y que incluye Laxeiros, Colmeiros y Abelendas. Junto a los nuevos valores y las piezas que el museo va sumando. Es el caso de las dos esculturas de Ángeles Penas.

En una de ellas, la crítica y creadora inyecta serenidad a través de un hombre que está sentado en bronce sobre la terraza que mira al mar. En otra, de dimensiones más pequeñas, Penas juega con la madera para dar paso a “Espíritus del bosque” sobre un conjunto donde no falta la crítica.

 En una de las salas,  Ánxeles Penas juega con    la madera para dar paso    a “Espíritus del bosque”

 

Y es que un apartado del museo está dedicado al feísmo. La reflexión pasa así por fotografías en las que el paisaje grita SOS cuando la impronta sintoniza con el medio ambiente y pide un cambio, al igual que el centro museístico, que pretende interactuar con su entorno más próximo.

Patrimonio pétreo > En este aspecto, Encarnación comenta que desde Corme tienen la intención de promover el megalitismo de la zona a través de rutas con el fin de poner a Galicia en el mapa con todo su patrimonio pétreo a sus espaldas.

En esta tendencia que tiene el país a no darle importancia a su legado hace que mientras en otros lugares del planeta la conservación y la exaltación de determinadas joyas provoca la admiración de los demás, en la comunidad apenas se dan a conocer.

Como si se les pusiera una lona por encima que no dejara ver.

 

Un espacio para nuevas y viejas joyas

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