Tres años presumiendo de Torre

Tres años presumiendo de Torre
la asombrosa magia de un monumento de todos la tarde arrancó con la presencia de varios animadores que recurrieron a trucos de magia para conseguir que los niños se sentasen unos minutos y concentrasen su atención en el espectá

Han pasado tres años desde aquella calurosa tarde de sábado en que en Sevilla la Torre de Hércules entró en el selecto club de bienes Patrimonio de la Humanidad. Y tocaba celebrarlo. Los protagonistas fueron los niños, a quienes no importó que la prometida tarta se quedase en magdalena, o que el cielo incluso molestase con chispas de lluvia. Hubo regalos, música, juegos... Y todo con el faro como orgulloso testigo y aspirante a seguir siendo el icono de los coruñeses.

   
 NI CREMA PASTELERA, NI VELAS
La decepción de la tarde fue que la anunciada tarta gigante se quedó en una pobre representación de poliespán, pese a que las cuñas radiofónicas llevaban toda la semana anunciando que habría pastel .
LOS HINCHABLES NUNCA FALLAN
Es un valor seguro cuando hay niños de por medio. Aunque el tiempo no acompañó y refrescaba bastante, los castillos hinchables, de tamaño descomunal, estuvieron solicitados durante toda la tarde.

   
EL CONSUELO DE LAS MAGDALENAS
Unas magdalenas de aspecto más bien grasiento sirvieron de consuelo para los que esperaban algo más dulce y más propio de un cumpleaños.
 LA AUSTERIDAD, EN LAS CAMISETAS
El diseños de las camisetas conmemorativas era minimalista, muy en la línea de la austeridad que pregona la corporación municipal.

Tres años presumiendo de Torre

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