El traslado de parte de las fiestas de María Pita a los barrios no sirvió para mejorar las ventas de los negocios

El traslado de parte de las fiestas de María Pita a los barrios no sirvió para mejorar las ventas de los negocios
El festival de folclore se trasladó al barrio de O Castrillón | pedro puig

La decisión del Gobierno local de descentralizar las fiestas de María Pita para trasladarlas más a los barrios para equiparar a todos los coruñeses no ha salido como se esperaba. Ni los negocios de las zonas seleccionadas para albergar festivales como el del folclore o el de habaneras han notado una especial promoción, ni en el centro han visto desaparecer a los consumidores cada vez que había una cita fuera del núcleo de paseo más habitual.
Nunca llueve a gusto de todos y menos cuando se trata del calendario de fiestas. A pesar de que la Marea optó por descentralizar los eventos de los Jardines de Méndez Núñez y llevarlos a otros puntos de la ciudad, esta decisión no ha tenido el efecto esperado por parte de los comerciantes.
En la plaza de la Tolerancia, cerca de Ciudad Escolar y Labañou, se cantaron habaneras pero apenas unos bares del entorno ingresaron más dinero del habitual. Otros empresarios consultados por este diario –no existe asociación como tal en la zona– reconocieron no haber notado una mayor afluencia de clientela ni más promoción de cara a los días posteriores.
Por su parte, la Asociación de Comerciantes de O Castrillón, Eirís y Monelos (Acocem) asegura que el reclamo del folclore internacional no fue tal. A priori sostienen que no acudió demasiada gente de otros lugares de A Coruña y opinan que también los residentes de la zona vivieron un “éxodo” hacia las fiestas con orquestas y atracciones del área metropolitana a pesar de las convocatorias que existían al mismo tiempo en el municipio.

Cierres temporales
“En nuestra zona hubo negocios que decidieron cerrar por la tarde porque no había gente; y el festival no afectó para bien ni influyó al comercio”, destaca la presidenta de la agrupación, Mariló Fernández. Según cuenta ocurrió lo mismo que en la plaza de la Tolerancia, es decir, se vieron beneficiados los locales de hostelería más próximos al punto donde se realizaron las actuaciones. Aún así recriminan la falta de publicidad dado que muchos días quedaron sillas vacías, cuando las celebraciones en los Jardines congregaban a tanto público que mucho vivía los espectáculos de pie.
“Fue una pena que la afluencia fuera mínima”, lamentó. La carencia de ese traslado a otros barrios que esperaba el Ayuntamiento se confirma, de igual forma, desde la Asociación Zona Comercial Obelisco. El hecho de contar con menos entretenimientos en Méndez Núñez no pesó a la hora de que la gente se marchase.
Quien esperaba que hubiese una gran movilidad de gente a otros sitios "estaba muy equivocado". Así lo contempla el presidente, Antonio Amor, que cree que se debería haber sopesado más cómo y a dónde se trasladaban las cosas para que acudir le resultase práctico al público.
El representante del sector es afín a que haya acciones en todos los barrios, pero opina que la dinámica debería instaurarse todo el año porque en julio y agosto ya hay turistas de por sí.
En el centro las fiestas funcionaron pero sin los grandes atacos de antaño. Respecto a los visitantes de este verano, que fueron muchos, lamenta que no hayan gastado al nivel de otras veces.

El traslado de parte de las fiestas de María Pita a los barrios no sirvió para mejorar las ventas de los negocios

Te puede interesar