Las tormentas dejan sin luz a más de 1.600 hogares y dañan los semáforos

Las tormentas dejan sin luz a más de 1.600 hogares y dañan los semáforos
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El buen tiempo se despidió ayer con toda una traca final: hasta 800 rayos cayeron en toda la provincia en menos de 20 horas, según los cálculos provisionales de la Agencia Española de Meteorología.  Las fuertes descargas eléctricas provocaron apagones en el sistema semafórico de la ciudad, tanto el lunes a última hora como en la mañana de ayer. Las señales luminosas quedaron deshabilitadas en puntos tan distantes como Cantón Pequeño y el mirador de Os Castros, donde los vecinos también se quedaron a oscuras.
Según fuentes de Gas Natural Unión Fenosa, la tormenta no causó graves daños: el más importante tuvo lugar en la calle Miño, donde un transformador eléctrico resultó averiado a las diez de la noche del lunes, dejando sin servicio a 1.685 clientes. La mayoría (en torno a un 54%) recuperó el suministro en medio hora, aunque el resto tuvo que esperar casi hora y media para poder encender la luz de nuevo.
El tráfico no se vio comprometido por la falta de semáforos en algunos cruces pero también se produjeron algunas caídas de tensión en otros lugares, por bajadas de fusible, pero en general, no se registraron desperfectos importantes hasta que un rayo afectó a la línea que suministra energía a la depuradora de A Telva a la una de la tarde, y fue necesario poner en marcha el protocolo de emergencia y activar los grupos electrógenos durante las seis horas que duró la avería.
El portavoz de Aemet para Galicia, Francisco Infante, reconoció que se trata de un aparato eléctrico importante, aunque recordó que la estabilidad se reducirá a unos restos de chubascos durante el día de hoy. “De todos modos, 800 rayos es una buena cantidad”, añadió. Tanto relámpago estuvo acompañado por chaparrones y una intensa granizada que cayó alrededor de las doce y media de la mañana.

extraordinario
En esta ocasión, a pesar de la alerta naranja, no fue necesario cerrar al público los parques y jardines o los arenales. La razón es que, durante todo el día, el viento mantuvo velocidades bajas, que no superaron los 50 kilómetros por hora. Sin un fuerte viento que las impulsara y con el temporal coincidiendo con la baja mar, la costa se mantuvo tranquila, aunque impidió a muchos pesquero salir a faenar.
En cambio, en tierra cayeron verdaderas trombas de agua a la una de la madrugada y doce horas después, para después dejar paso a una llovizna punteada de breves chubascos La temperatura, también osciló de manera significativa, bajando por debajo de los nueve grados durante la madrugada para luego ir subiendo a partir de las siete de la tarde con altibajos, cuando el viento y las nubes hacían que el termómetro retrocediera. Pero no fue hasta las tres de la tarde que la temperatura llegó a los catorce grados centígrados, una temperatura que se considera normal a estas alturas del año, en las que los coruñeses se habían acostumbrado a una calidez anormal. Todos echaron mano a los abrigos que habían permanecido guardados durante meses.
Se da así por terminada el período de calor que ha abarcado todo el mes de octubre y que hasta para los meteorólogos, más dados a relativizar esta clase de fenómenos, ha sido “extraordinario”. “Debe ser el mes de octubre más cálido que hemos tenido en por lo menos veinte años”, apuntó el portavoz de Aemet en Galicia

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