El temporal derriba árboles y provoca un apagón que afectó a 2.700 usuarios

El temporal derriba árboles y provoca un apagón que afectó a 2.700 usuarios
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Si es verdad que llueve sobre mojado, tampoco el viento es un desconocido para los coruñeses, que ayer tuvieron que soportar de nuevo rachas de más de cien kilómetros por hora (la mayor, de  casi 108) que arrancaron ventanas, uralitas, toldos y hasta árboles. Uno de ellos, con tan mala fortuna (o mala intención por parte del viento) que cayó sobre un tendido eléctrico a la salida de la subestación de A Grela, provocando un apagón que duró casi 40 minutos y que afectó a 2.741 usuarios, según cálculos de Unión Fenosa.
El incidente tuvo lugar pasadas las dos de la tarde, en el momento en el que el temporal comenzaba a hacerse notar con más fuerza. Durante todo el día, el tiempo había sido frío y desapacible, con lluvias intermitentes, pero conforme las agujas del reloj se acercaban a mediodía. la meteorología cumplió las previsiones y la lluvia se hizo más persistente.
Fue en ese momento cuando tuvo lugar el apagón que se extendió por Feáns, Sueiro, y hasta la plaza de Cuatro Caminos, afectando a miles de personas que se encontraban en sus casas en ese momento, así como a los trabajadores que todavía no habían abandonado sus puestos de trabajo en los polígonos de A Grela y Pocomaco.
Fenosa envió a sus técnicos nada más se captó la caída de tensión en la red, y se fue recuperando la energía por tramos. En algunos puntos el apagón duró apenas unos minutos, mientras que en algunos hogares tuvieron que comer a oscuras, puesto que  no tuvieron luz hasta las tres de la tarde. Sin embargo, en la calle no se notó la falta de electricidad, puesto que, según la Policía Local, los semáforos siguieron funcionando, excepto alguno que se averió por causas ajenas al apagón.

carretera cortada
Donde sí que el temporal afectó al tráfico fue un poco más tarde, alrededor de las 15. 00 horas, en la carretera de Feáns, más allá del cementerio, donde un gran eucalipto, ya debilitado por los temporales anteriores, no pudo resistir más y se desplomó sobre la calzada, estorbando el tráfico pero sin llegar a cortarlo por completo. Hasta allí acudieron efectivos de la Policía Local, que se encargaron de gestionar el tráfico, mientras que una dotación de bomberos puso manos a la obra para retirar el árbol del asfalto. Debido a su gran tamaño, tuvieron que emplear motosierras para cortarlo en pedazos, que depositaron en la cuneta a la espera de que fuera retirado por operarios de Medio Ambiente.
El resto de la jornada, los bomberos la pasaron atendiendo a las incidencias que se sucedieron en distintas partes de la ciudad: la caída de una plancha en la calle Nardos, otra en la de Manuel Colmenero, un todo en la de Troncoso, una uralita desprendida en la avenida de Finisterre, otra más en la de Ramón y Cajal, donde de nuevo tuvieron que acudir para retirar una ventana que estaba a punto de desprenderse y caer a la calle y una gran valla en el lugar de Curramontes, detrás del Hospital.
En total, cerca de diez incidencias, pocas si se comparan con los que se han venido registrando en estos últimos meses. Pro ejemplo, en los dos días que duró la borrasca que llegó a la ciudad durante la Nochebuena llegaron a contabilizarse 63 intervenciones. En cuanto a “Nadja”, el temporal que azotó la costa el fin de semana pasado, no dejó atrás ni un solo árbol derribado, puesto que todas las intervenciones tuvieron que ver con daños en el Paseo Marítimo.

contenedores  y señales
Por otra parte, la Policía Local tuvo que aplicarse para evitar que los contenedores fuera de control provocaran un accidente  al rodar libres y fuera de sus sujeciones pro las calles. El viento derribó también varias señales de tráfico, así que los agentes municipales se las vieron y se las desearon para evitar que el mobiliario urbano se convirtiera en un problema más. Sin embargo, desde el 092 señalan que no hubo ningún incidente de tráfico relacionado con este problema, aunque la circulación sí que fue muy densa durante todo el día porque todo el que tenía que salir a la calle se desplazaba en vehículo.
Era la única forma de evitar quedar empapado los nueve litros por metro cuadrado que cayeron en al ciudad cada hora desde las cuatro de la tarde, puesto que el viento hacía difícil incluso manejar los paraguas. Quien más, quien menos, está harto del mal tiempo que ha reinado durante los últimos meses, y espera que pronto las nubes dejen paso el sol. Sin embargo, no parece que los deseos vayan a hacerse realidad: los datos de la Xunta apuntan a que las borrascas podrían seguir presentes por lo menos durante dos semanas más, para desilusión de muchos, que recuerdan con nostalgia el verano pasado. n

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