El temporal se cobra destrozos en el paseo y en el barrio de Adormideras

El paseo marítimo coruñés ofrecía ayer una imagen curiosa. Como día soleado que fue, la gente se echó a la calle. Hasta ahí, todo normal. Pero lo que normalmente es un ir y venir de gente, en una y otra dirección, hacia Riazor o hacia la Torre de Hércules, no lo fue tanto. Paseaban, sí, pero solo algunos. El resto se agolpaba en las barandillas del tramo abierto al público para hacer fotografías y observar cómo los operarios municipales limpiaban y acondicionaban una zona arrasada por el temporal \“Nadja\”, que provocó múltiples destrozos de madrugada.
Se juntaron por tanto esos dos factores: la curiosidad y las ganas de ver el sol. Y lo cierto es que los curiosos tuvieron material de sobra. El paseo marítimo evidenciaba con la luz del alba que el temporal no pasó desapercibido. Llegó para hacer daño.
Un buen tramo del itinerario que todos los fines de semana –sin lluvia– es recorrido por miles de personas, estaba cortado al público con un aspecto de carrera de obstáculos. Restos de la balaustrada, que en el tramo comprendido entre la Coraza y la plaza de Portugal resultó destrozada casi al completo, de bancos, de farolas... Y eso unido a la rotonda de las Esclavas, que tampoco se libró de la agresividad de un temporal que permitió que el mar dibujara olas de diez metros. Asimismo, los desperfectos generados en el paseo a la altura de la calle de Veramar incluyeron unos 50 metros de barandilla, que ya son historia.
Entre las grandes zonas afectadas se encuentra también el barrio de Adormideras. Allí, el temporal se encargó de arrastrar la escollera, inundó calles y los vecinos de dos edificios de la calle Regata Cutty Sark no podían salir de sus viviendas hasta que no se solucionara la situación. Varios vehículos, incluso, resultaron dañados.

dispositivo municipal
El Ayuntamiento aseguró que, desde primera hora de la mañana, unas 50 personas, contando los trabajadores de la limpieza y de obras públicas, así como una treintena de efectivos de los servicios de emergencia y seguridad, trabajaron –y así durante todo el día– para retirar los restos de arena, agua y mobiliario que llegaban hasta la calzada, afectando igualmente a la altura de Orzán y Matadero. En esta última se rompieron las duchas.
De hecho, el tráfico rodado tuvo que ser cortado de madrugada, tras la pleamar, cuando se inundó la avenida Barrié de la Maza a la altura de la fuente de las Catalinas. Así, por seguridad, asegura la Policía Local, se cortó la circulación entre la Rúa Alta y la plaza de Portugal, al igual que el tramo en la rotonda de acceso al polígono de Adormideras y el Instituto Oceanográfico. Algunos locales de ocio nocturno, como el Playa Club o la discoteca Moon, sufrieron también importantes daños.
A lo largo de la jornada, la alerta roja tornó en naranja y el paseo marítimo se abrió al tráfico sobre las 19.00 horas.