El temporal Amelie se despide en una jornada llena de incidencias y de accidentes de tráfico

La de ayer fue una jornada complicada para el tráfico: la vuelta al trabajo después del fin de semana de Todos los Santos estuvo marcada por los últimos coletazos del temporal Amelie, que descargó una fuerte lluvia a primera hora de la mañana: el resultado fueron varios aparatosos siniestros en las principales vías de acceso a la ciudad, en los que no hubo heridos que lamentar. En uno de ellos, ocurrido pasadas las ocho de la mañana, hasta siete vehículos se vieron implicados.

Por ese motivo se dieron embotellamientos en dirección entrada que complicaron el tráfico en una mañana lluviosa. La gran densidad de circulación siguió dando sustos durante toda la mañana, a la salida de la autopista hacia Alfonso Molina, donde un turismo volcó, o en dirección contraria, a la altura del área comercial de Carrefour, donde se registró otro alcance.

No todos los problemas se registraron en Alfonso Molina: la lluvia volvió a formar una balsa de agua en la rotonda de Pavo Real que dificultó la circulación. En la Tercera Ronda, un vehículo se salió de la vía en dirección Marineda City. En la ronda de Outeiro, nada más pasar la avenida de Manuel Murguía, se abrió un socavón y un coche se rompió la rueda al meterla en él, de manera que el boquete tuvo que ser acotado por los Bomberos.

Inundación escolar

Pero las incidencias registradas ayer no se limitaron al tráfico. Probablemente el más notable de ellos tuvo lugar en el colegio público Ciudad Vieja, donde los profesores se encontraron, al abrir las aulas, que el agua caída el fin de semana se había ido filtrando por el techo debido a un defecto en un canalón, inundando la sala reservada a los alumnos de tres años. Como el aula estaba húmeda, la directora decidió que ayer los más pequeños no tendrían clase, unos veinte, mientras se reparaba el canalón y una bajante que también se hallaba defectuosa.

Por otro lado, los Bomberos tuvieron que acudir a la plaza de As Conchiñas, donde un árbol amenazaba con caerse, y a la avenida de Oza, donde tuvieron que sanear la fachada del número 22-24, de donde se habían desprendido varios fragmentos entre el primer y el segundo piso. A las tres menos diez, una dotación tuvo que acudir a la ronda de Monte Alto, donde una furgoneta que circulaba por esa vía comenzó a arder. Los ocupantes la abandonaron, pero como en su interior había material inflamable de obra se produjo un conato de incendio. También cayeron chapas del tejado del número 16 de la plaza de Santa Catalina. Uno de los últimos efectos del temporal.